1. Reencuentro con mi hermana


    Fecha: 04/03/2020, Categorías: Hetero Autor: Danino, Fuente: CuentoRelatos

    ... tonterías. A llegar a mi casa por cortesía, los invité si gustaban tomar un café. Aceptaron de inmediato.
    
    Mientras preparaba y servía los cafés, Mauro curioseaba el equipo de música.
    
    —Tía, puedo poner algo de música —preguntó.
    
    —Por supuesto —contesté— lo que gustes.
    
    Una suave melodía sonaba en el amplio living. Bruno se acercó a mi sillón y con una inclinación caballeresca, dijo:
    
    —¿Baila, bella dama?
    
    —Encantada, caballero —dije levantándome y siguiendo su tono.
    
    Mientras Mauro repasaba los temas musicales, Bruno me llevaba girando lentamente hacia la zona de penumbras del living. Sentía en mi espalda la mano del muchacho, acariciando mi piel. Presionaba mi cuerpo al suyo y empecé a sentir una leve excitación al notar la viril fuerza de la juventud.
    
    —¿qué estás haciendo, Bruno?
    
    —Estoy bailando contigo —contestó.
    
    —Pero me estás excitando, acariciando mi espalda, pendejo —dije tratando de componer y frenar su actitud.
    
    —Me encantaría lograrlo —musitó en mi oído.
    
    La falta de afecto y el desamor de mi marido, me ponía a merced de este muchacho apasionado. Mientras girábamos acompañando la música, me presionaba en dirección al pasillo penumbroso de las habitaciones. Estaba realmente excitada como una gata en celo. La calidez de su aliento en mi cuello, la presión de sus músculos en mis pechos, y las caricias en mi espalda, me llevaban a un éxtasis impensado e incontrolado.
    
    Entre sus brazos fuimos desplazándonos por el pasillo hacia el ...
    ... dormitorio. Puso mi espalda contra la pared y su boca buscó la mía, con una ternura no carente de ansias y pasión. Presa de mis más escondidas pasiones, respondí a sus besos casi con desesperación. Su lengua en mi boca entregada, recorría sus espacios.
    
    No sé cómo, me encontré de espaldas en la cama matrimonial. la oscuridad de la habitación, solo iluminada por la luz del pasillo, me dejo ver como se deshacía de sus ropas y lentamente fue quitando las mías.
    
    —Haceme tuya. Te necesito —pude murmurar en medio de los besos.
    
    El frenesí y la pasión me embargó. El descontrol de las caricias era brutal. Me olvidé de mi marido, de mi posición, de mi sobrino que estaba en el living. El mundo no importaba. Solo la desnudez de nuestros cuerpos.
    
    En medio de tanta lujuria, noto en las sombras del cuarto la presencia de mi sobrino junto al lecho. El asombro dejo unos segundos de quietud. Cuando siento los labios de Bruno recorriendo mi vagina, siento también las manos de Mauro acariciando mis pechos.
    
    —Tía Daniela —dijo en voz muy baja— dejame que yo también te quiera. Eres hermosa. Te deseo.
    
    —Hagan de mí lo que quieran —casi grité— Los quiero dentro de mí. háganme suya.
    
    —Te haremos feliz —dijo Bruno— Serás nuestra hembra.
    
    —Quiero ser su puta. Llénenme de sexo que necesito sentirlos —les rogué.
    
    Mientras Bruno se ponía encima mío en un intenso mete y saca, Mauro me besaba desesperado y sus manos en mis pechos me apretaban los pezones. El paroxismo del momento era ...