1. Mi masaje especial


    Fecha: 09/03/2020, Categorías: Gays Autor: Inocente_29, Fuente: CuentoRelatos

    Esta va por él. David, un buen amigo virtual que le encantan mis relatos.
    
    ‘Y para todo David que se identifique’.
    
    David tiene 35 años, mexicano para mi nada común, pues tenía un cuerpo ancho, fuertes piernas, y una divina verga. Se veía muy masculino, como a ellos les gusta decir, “Bien Macho Mexicano”. Tez trigueña, ojos muy oscuros, y un pelo negro azabache precioso. Ese día el traía pantalones holgados blancos, y una camisa blanca de botones.
    
    Yo llevaba un vestido a las rodillas pegadito, color blanco que marcaba mis formados muslos y nalgas, no traía bra, con el calor de verano daban ganas de andar desnuda. Unas sandalias sencillas, y una pequeña tanga negra.
    
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    Bueno a lo que voy.
    
    Varios días atrás me dedicaba a realizar ejercicio, estaba con el cuerpo muy tenso. Yo adoro los masajes así que este día lo decidí tomar completo para mí, y me dirigí hacia un lugar de masajes en el centro de la ciudad.
    
    Al llegar todo estaba de blanco, como mi vestido, transmitía una paz, un aroma a fruta dulce en el ambiente, todo con tonalidades azules muy veraniego. En la mesa con la recepcionista, se encontraba este muchacho que dialogaba con ella, muy atractivo, con una hermosa tez trigueña, y una espectacular sonrisa.
    
    “Hola, ¿será que tendrán un cupo para un masaje hoy?, de verdad que lo necesito.”
    
    “Mira que cosa, David aquí (lo señaló), tiene un espacio abierto, si no te molesta que sea hombre, pues él está disponible.”
    
    Lo mire muy curiosa, ...
    ... no sé si sea cosas del destino, pero me encanto aquella coincidencia.
    
    “Para nada, ningún problema, ¿si el señor acepta?”
    
    “De acuerdo señorita, pase usted conmigo.”
    
    Llegamos a un pequeño cuarto con detalles en madera, plantas verdes, sonido de la marea y una cómoda mesa en el centro, donde estaría mi cuerpo en unos instantes, siendo tocada de esas hermosas y grandes manos.
    
    “Señorita, antes que nada, ¿dónde desea el masaje?”
    
    “¿Sera que se podrá en todo el cuerpo? Me duele todo.”
    
    “Bien, le daré unos minutos para que se desvista y se ponga cómoda, puede dejar sus pertenencias debajo de la mesa, y se puede acostar y cubrirse con estas sabanas. Me avisa.”
    
    “Vale.”
    
    Procedo a desvestirme, solo me deje la tanguita. Lo único que las sabanas eran muy claras, se me vería TODO. Pero ni modo. Me acosté en la mesa boca abajo y tape mis nalguitas.
    
    El entro.
    
    “Bueno tengo este rico aceite nuevo que me trajeron, ¿deseas usarlo en vez de la crema?”
    
    “Si.”
    
    Comenzó a echarme aceitito en toda mi espalda, que rico se sentían sus manos. Conforme iba avanzando, me pidió si deseaba algún masaje mas debajo de mis caderas.
    
    “Claro si por favor.”
    
    Me retiro la sabana que cubría mis pompas, dejándolas al descubierto.
    
    Me hecho más aceitito en mi nalguitas y piernas. Y comenzó a masajear mi trasero, hacia círculos con sus manos, las tomo las dos y las abría, hasta que sentí sus dedos, rozar mi huequito. Quería decirle que parara pero se sentía tan rico, que me hice la ...
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