1. Por el momento - V (La noche)


    Fecha: 10/03/2020, Categorías: Gays Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando me desperté, Pablo estaba sentado en la butaca, pensativo, Ari seguía dormido y Toño le acariciaba el culo, con mucho cuidado; como si no quisiera despertarle. Me levanté y, sin decir nada, entré en el baño a darme una ducha; y cuando estaba disfrutando del agua que caía sobre mi cabeza, entró Pablo, cogió el gel y empezó a lavarme la espalda.
    
    —No me metas el dedo en el culo ¡eh!
    
    Me hizo girar, de manera brusca, y dándome una palmada en el culo me dio el gel.
    
    —¡Toma! Ahora te toca a ti.
    
    Le tomé la palabra y después de recorrer ese cuerpazo con mis manos llenas de gel, le lavé bien el ojete y me lo empecé a follar.
    
    —¡Joder!, que rico estás Pablo... es que, no me canso de follarte ¡cabrón!
    
    —¡Tu dale fuerte!, ¡fuerte José!, que a mi ¡me encanta!…
    
    Y así, estuvimos, unos minutos, follando a saco; hasta que me corrí. Y luego le aclaré la polla y se la chupé hasta que se corrió.
    
    —¡Guau!, ¡que a gusto me quedo siempre que me la metes! ¡coño! Pero, ¡que a gusto!…
    
    De repente, una idea...
    
    Oye, José he pensado que deberíamos ir, antes de que cierren, a comprar algunas cosillas al Sex-shop de Cea Bermúdez… ¿te parece? No cierran hasta las ocho y media.
    
    —¡OK!, prepárate que nos vamos ahora mismo…
    
    Entré en la habitación y le dije a Toño, que aprovechara el tiempo.
    
    —Nosotros vamos a salir, pero volvemos enseguida.
    
    —Vale, José. Aquí os esperamos…
    
    Cogimos el coche y nos pusimos rumbo al sex-shop.
    
    Llegamos muy justos de hora, pero llegamos ...
    ... a tiempo.
    
    Y vimos muchos juguetitos...
    
    —Un par de dildos, de látex, y punto, dijo Pablo. Ya vendremos por aquí otro día con mas tranquilidad.
    
    —¡Bueno!... pero, por lo menos una copa nos tomaremos antes de volver a casa ¿no?
    
    —¡Por supuesto, José!, pero ya en el barrio ¿vale?
    
    Nos metimos en un garito que conocía Pablo y nos sentamos en una mesa, al fondo, en un rincón que estaba preparado con una butaca corrida hecha en la propia pared. Queríamos evitar, en la medida de lo posible, que la música nos dejara sordos; y también, gozar de una cierta intimidad.
    
    Al rato. Me doy cuenta, de que Pablo no dejaba de mirar en dirección a la barra.
    
    En concreto, a un chaval, que estaba de pie, de espalda, con pantalón cortode runningy unculo tremendo; muy sexy
    
    —¡Que!, ¿le conoces?
    
    —Pues, ¡creo que si! Pero, ahora mismo no soy capaz recordar de qué…
    
    Y en eso, se le acerca un madurito como nosotros y se giró a decirle, vete tú a saber que y…
    
    ¡Ah!, ¡coño!… pero, si es el Chema. Ese es amigo de mi Ari. Vamos a saludarle; ya verás que majo es.
    
    Nos dirigimos hacia él y…
    
    —¿Qué pasa, Chema? ¿qué hay de tu vida?… hace mucho que no nos vemos ¡eh!
    
    —¡Coño, Pablo!, que no estaba seguro de que eras tu; menos mal que me has reconocido. ¿Y Ari? Hace mucho que no le veo.
    
    —Se fue a Aranjuez ¿no te lo dijo?
    
    —¡Que va!… no sabía nada
    
    —Le salió un trabajo allí. De un día para otro. Haciendo chapuzas.
    
    —¡Vaya!, ¡me alegro mucho! …. ¡que está el curro, como para ...
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