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Visitas placenteras
Fecha: 13/03/2020, Categorías: Gays Autor: robertojrz, Fuente: SexoSinTabues
Alejandro y Andrés se conocieron vía Chat e inmediatamente congeniaron, y no era para menos, ya que compartían algo en común: el gusto por los culitos apretaditos, los labios rosados y tiernos y las verguitas nuevas y sin un pelo. Aun cuando había distancia de por medio, no permitieron que eso demeritara la relación, cada vez que tenían oportunidad compartían sus experiencias y fantasías, haciéndose unas pajas descomunales mientras uno veía al otro mediante una web-cam. El tiempo pasó, y esta amistad se fue fortaleciendo, hasta que ya no fue posible conformarse con escribir y releer la fantasía que tanto les gustaría compartir: coger juntos a un desprevenido, pero finalmente la oportunidad se dio. Andrés estaría sólo unos días, ya que su esposa saldría de vacaciones, y, afortunadamente, Alejandro estaría en periodo de vacaciones en su trabajo por las mismas fechas, así que sin pensarlo un instante decidieron que se reunirían. Alejandro viajaría a la ciudad de residencia de Andrés, quien lo esperaría entusiasmado con un pequeño de nombre Miguel, su putito de planta. Miguel, o Miguelito, como mas le gustaba llamarle Andrés, para recalcar su corta edad, era un chico de 10 años de edad, delgado, de cara delineada y fina y con unas suaves maneras afeminadas que fueron las que alertaron a Andrés de su existencia. La noche que lo conoció, Andrés esperaba en un kiosco de venta de hamburguesas, cuando de pronto lo escuchó, con una voz suave, melodiosa y una sonsonete que ...
... inmediatamente hizo pensar a Andrés: A este le gusta la verga, y si no le gusta yo me encargo de que así sea. Andrés se sentó de tal forma que forzosamente Miguelito lo viera, lo cual sucedió. Fue un flechazo, Miguel lo vio fijamente y le sonrió tiernamente, por su parte, Andrés, enarcó las cejas y abrió un poco las piernas y discretamente rozó su paquete con una de sus manos. Miguel observo atento el rápido ademán y después se fue detrás de un grupo de niñas con el que había llegado. Ese fue el primer contacto, el cual no tardo en dar frutos: Días después, mientras Andrés regaba su jardín, lo vio pasar. Ahora caminaba solo, y Andrés podía casi jurar que no fue una casualidad. Miguel pasaba justo frente al jardín, sin siquiera voltear a verlo, pero había algo en su forma de andar que le hacia pensar que el pequeño estaba esperando que hiciera algo. Lo primero q se le ocurrió para hacer contacto, fue desviar “accidentalmente” un chorro de agua de la manguera con que regaba, con lo que mojó al desprevenido Miguelito. Miguel lanzó un leve grito de sorpresa ahogado por el estremecimiento por el agua fría. —Perdón—le dijo Andrés—no te vi pasar. ¿Estas bien? Miguelito se rió con una risita que término de cautivar a Andrés, quien comprendió que estaba completamente perdido. —Mira como te dejé—continuó Andrés—estas empapado, deja te traigo una toalla para que te seques. Andrés entró a la casa dejando la puerta abierta y desde dentro le hizo la invitación a pasar, mientras buscaba una toalla. ...