1. Visitas placenteras


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Gays Autor: robertojrz, Fuente: SexoSinTabues

    ... infantiles, y con una vergota entre sus manos. Andrés se apartó y sin decir nada se arrodilló frente a Miguelito y ya fuera de si le quitó el calzón. El niño no decía nada, se dejaba hacer, un poco atemorizado. —Tranquilo, no te va a pasar nada—lo tranquilizo Andrés, que notó la reacción del pequeño—, ya verás que cosas tan ricas vamos a hacer. El niño le sonrió y se abandonó a los deseos de su amigo. Ya completamente desnudo, lo observó con detenimiento. Su verguita, lógicamente era pequeña, rosadita, sus huevitos arrugaditos muy pegados a su cuerpo y levantando un poco sus piernas pudo ver su culito, rosa, arrugadito. Andrés ya estaba fuera de si, quería todo, sin decir nada hundió su cara entre las piernas del niño, comenzando a lamer como demente todo lo que encontraba a su paso. Lamía una y otra vez los huevitos, la verguita, bajaba hasta el culito, luego se metía verga y huevos a la boca. Miguelito se retorcía de placer, aun que el decía que eran cosquillas. Andrés reía divertido y emocionado por su inocencia. Así estuvo cerca de 15 minutos. Toda la entrepierna de Miguelito escurría húmeda por la saliva de Andrés. En instantes Miguelito comenzó a retorcerse con mas fuerza. —No, ya, ya no—le pedía sin dejar de retorcerse, pero Andrés no prestó atención a su suplica, él sabia que el pequeño estaba cerca del orgasmo, pero que el no entendía que pasaba y por eso se sentía atemorizado, pero también sabia que tan pronto como llegara el pequeño aprendería a gozar de aquella ...
    ... maravillosa sensación. Así fue, Miguelito comenzó a gritar de placer, Andrés tuvo que taparle la boca para que no los delatara. Siguió chupando el pequeño pene, duro, hasta que el niño dejo de estremecerse. —¿Te gustó?—le preguntó. El niño sólo asintió, aun reponiéndose de la nueva experiencia. —Sabía que te gustaría, pero ahora es mi turno. Diciendo esto se levantó poniendo su dura verga justo frente a la cara de Miguel. No fue necesario decir nada, el niño tomó la verga con ambas manos y comenzó a lamer la cabeza, húmeda de tanta excitación. Andrés no pudo evitar preguntarse si Miguelito haría lo mismo con el dichoso primo y por un instante lo invadió una oleada de celos, pero enseguida desechó esa idea, al fin de cuentas si lo había hecho antes le ahorraría el tener que enseñarle. Y así fue, su experiencia quedó de manifiesto desde el primer instante. Mamaba con tal destreza que Andrés estuvo a punto de terminar en varias ocasiones y tenía que detenerlo para prolongar semejante goce. —Miguelito, que rico la mamas, a este paso no tardas en sacarme la leche. Miguel ni siquiera lo miraba estaba entretenido degustando esa gruesa verga que apenas si le cabía en su pequeña boca, y tan larga que apenas lograba tragar la mitad antes de sentir arcadas. Era un experto puto mama vergas. Andrés tenía unas ganas enormes de meter su dura verga en ese culito, quería sentir como se abría para recibirlo, deseaba desesperadamente escucharlo sollozar por el dolor de su culito al ser penetrado ...
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