Mi revancha - Relatos Eróticos

Mi revancha

... una vez, me complacerías y obtendrías una especie de premio por aguantar lo que te hicieron y sin embargo quedarte. Es una idea que tiene menos de una hora. Estoy segura que no lo harás, pero al menos ya hice mi confesión No podía responder, Solange era mi absoluta prioridad, si me lo hubieran preguntado un rato antes, habría dicho que por Natalia, sentía cierta admiración por negarse a seguir las ordenes de mi suegro, aprecio por ver como trataba a mi hija como si fuese suya, y algo de amistad, dado que compartíamos ciertos gustos y ambos odiábamos a los chupa medias que obedecían a su padre, pero sin embargo. En ese momento mi cerebro tenia una mezcla de odio, por mi mujer y su familia, miedo por lo que podía ocurrir con el angelito que hasta hace poco creía que era mi hija, dolor, tanto físico como mental, ganas de saber quien era el hombre al que se supone he estado reemplazando en la vida de Solange. Luego de haber escuchado lo que mi cuñada quería confesarme. También sentía, confusión, dudas y deseo. Deseo sexual, del tipo irrefrenable y era nada mas y nada menos Natalia quien me estaba volviendo loco, deje de pensar y le deje mis reacciones en piloto automático. Yo: en la esquina hay un buen hotel Natalia: ¿Que? Yo: Quizas sean la rabia, el asco y la exitacion hablando. De todas formas no podria volver a ver la cara de nadie. Por el resto de la noche. ¿Porque no darle una oportunidad a algo que pensaste en menos de una hora? Natalia: ¿Estas seguro de esto? Yo: En este ...

... instante tengo dos cosas claras, la primera es que adoro a tu sobrina y la segunda es que te aprecio y ademas eres mi estilo de mujer Natalia: Podemos detener esto, en cualquier momento, si te arrepientes Algo me decía que esta decisión fue irreversible en el momento en que la tome. Ya me habían dado la llave de la habitación, cuando gire mi cara para encontrar su sonrisa cómplice al darnos cuenta de que nos había tocado el cuarto 666. Abrí la puerta, haciendo un gesto para invitarla a ingresar primero, ante lo cual ella tomo mi mano cerrando la puerta tras nosotros y pegándose a mis labios en un profundo beso cargado de hambre, lujuria y complicidad. Podía sentir su respiración mientras nos desvestíamos mutuamente, sin siquiera desenredar nuestras lenguas, Primero mi camisa botón tras botón. Mientras, muy lentamente, siguiendo su blusa y dejando al descubierto su torso, lo recorrí con mi boca y con mis mano, pude percibir su olor y sentí el latir de su pecho denotando emoción. Natalia: soñé tanto con un momento así, que ni siquiera el diablo me asustaría si aparece en este sitio Yo: creo que eso del 666 sera lo unico que tu y yo dejemos al azar esta noche. Enseñame un poco de tu sueño Natalia: ¡Como quieras! Diciendo esto, mi cuñada, a punto de convertirnos en amantes, me empujo a la cama y luego de caer de espaldas, utilizo una sabana de seda para atarme las manos, claramente no era la primera vez que utilizaba ataduras en un hombre y sinceramente no me molestaba, la tenia ...