1. Noche de lobas, Noche de zorras (1)


    Fecha: 14/03/2020, Categorías: Confesiones Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Acababa de venir del gimnasio y según entraba en casa, me dirigí a echar al cesto de la ropa sucia el pantalón de deporte, la camiseta, calcetines y el slip y cuando me disponía a hacer mis deberes domésticos, sonó el teléfono. «¿sí?, ¿quién es?» -hablé yo, «hola soy Gonzalo» -dijo mi amigo, «hola majete, ¿qué quieres?» -agregué yo, «escucha, me he enterado que en las afueras de ese pueblo donde vamos a tomar pelotazos por la noche, a las afueras han abierto una "barra americana" y solo hay sudamericanas y como tú me has dicho que te gustaría follar a una maciza brasileña, me acordé de ti» -expresó Gonzalo, «gracias macho, no sabes lo que te lo agradezco» -añadí yo. «¿qué te parece si te voy a buscar a eso de las 23, 30 con el coche y vamos allí?» -expuso Gonzalo, «por mi encantado, de acuerdo» -expresé yo, «vale, pues hecho, pasaré a esa hora en punto y nos largamos a "dar rabo a alguna de las hembras y no me falles» -manifestó Gonzalo, «no solo no te fallaré, sino que voy dispuesto a comerme el mundo» - proclamé yo.
    
    Me tumbé un par de horas antes de comer, pues me había dado un palizón a pesar de que me di una relajante sauna y me había duchado nada más terminar. Me preparé una ligera comida, para a continuación, estar toda la tarde relajado, viendo alguna película en la tele y hasta ver algún video porno para salir ambientado de cara a la noche. Estuve viendo algunos porno, donde salían mis sexuales heroínas sudamericanas con buenos culos y tetas que se movían ...
    ... lasciva y depravadamente y me ponían cachondo y hasta me pajeé un par de veces para luego aguantar la nocturna jodienda que tendría con esas fulanas sudamericanas. Según avanzó la tarde, ya decidí darme una más relajante ducha y me afeité para después salir oliendo a limpio y bien rasurado, incluido el vello púbico, para poder joder y fornicar lasciva, impetuosa y desaforadamente a la que eligiera.
    
    Empecé a elegir mi ropa para dar el "cante" sexual y me puse una camisa azul clara brillante, unos vaqueros negros, así como uno de mis más libidinosos y depravados tangas, pues intuía y presuponía que a esas brasileñas eso les encantaría, previamente antes de colocarme toda la ropa, las perfumé con mi marca favorita para atraer más a las prostitutas. Busqué en mi cajón de ropa interior y me engalané con uno que me había regalado uno de mis últimos ligues, que era de unas pequeñas cintas verdes que se juntaban en la zona que tapa el rabo y que por detrás dejan un pequeño triángulo y que eso le excitaría a la que ligase y que era dos tallas menos para enfatizar y acentuar mis cojones y rabo.
    
    Me vestí y salí a la calle a esperar a mi amigo Gonzalo y mientras llegaba el momento, cruzaron delante de mí, dos lascivas madurazas que se les veía a todas luces las "ganas de rabo" por la forma de vestir que tenían y por sus ademanes.
    
    —Adiós muñeco, ¿vas a ligarnos? —dijeron ellas.
    
    —No guarras, me esperan otros coños mejores y más depravados —solté yo.
    
    Y se marcharon. Al poco llegó ...
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