1. Noche de lobas, Noche de zorras (1)


    Fecha: 14/03/2020, Categorías: Confesiones Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    ... Gonzalo con su nuevo deportivo.
    
    —Hola macho, ¿has visto mi nuevo buga? —proclamó Gonzalo.
    
    Gonzalo era un tío cachondo que las tías se le deban muy bien, por su simpatía y desparpajo y porque además estaba forrado y era muy inteligente y en muy poco tiempo había ascendido en el escalafón de su empresa y era jefe de los mandos intermedios. Vivía solo, porque además era un buen amo de su casa y su madre de pequeño se ocupó de que aprendiera todas esas cosas que por naturaleza no nos gusta a los hombres. De la última novia que tuvo, acabó enfadado y molesto, porque la tía follaba poco y siempre se inventaba una excusa para no hacerlo y por no montar un escándalo, la puso las maletas en la puerta y la mandó con su familia. Yo era monitor de un enorme gimnasio cercano a mi barrio y trabajaba mucho y había dos viernes al mes que trabajaba a media jornada. Nos saludamos y nos dimos la mano.
    
    —¿"passa" contigo tío? —habló Gonzalo.
    
    —vaya buga guapo, cabron —largué yo— Donde lo has conseguido —agregué.
    
    —pues ha sido de la forma más tonta, mi jefe me ha dicho que el concesionario cercano a la "oficina ha quebrado y que deja los "bugas" un 35% más barato y yo tenía un dinerillo ahorrado para unas muy largas vacaciones en Brasil y ahora lo he dado para este coche y las vacaciones serán en el apartamento que me legó mi tía —afirmó Gonzalo.
    
    —¡que cabrón suertudo! —apostillé.
    
    Di una vuelta por el coche y me gustó. No metimos en el ...
    ... coche que era de puertas elevadas y casi me corro de placer visual, porque el coche era muy "fardón" y vistoso. El interior le iba a la zaga, no solo porque olía a nuevo, sino por la tapicería de cuero, el retrovisor interior que parecía una pequeña pantalla de cinemascope y el volante que parecía de fórmula 1. Cuando puso música, los huevos se me cayeron al suelo ya que parecía una discoteca, por su sonido envolvente y los altavoces y sonido estéreo. Gonzalito sonreía por la cara de admiración que yo tenía.
    
    —¿qué?, ¿te gusta? —parloteó Gonzalo.
    
    —no tengo palabras —solté yo, y Gonzalo puso música caribeña para ir ambientados.
    
    En el trayecto que nos esperaba era de toma pan y moja, pues al menos íbamos a tardar en llegar una hora. Durante el viaje me comentó que estaba buscando el viaje a Brasil y sin comerlo ni beberlo y sin saber por qué salió esa reciente barra americana cercana al pueblo donde solíamos ir a tomar copas. La web de la barra americana era muy completa, vistosa y atractiva. Llena de fotos, no solo de la barra, sino también las habitaciones de las chicas, las fotos sexys de ellas y el exterior. Me comentó que se había enterado por un compañero que le gustan ese tipo de sitios y que hacía una semana que lo habían abierto y que cabía la posibilidad de que a alguna copa nos invitasen. Nos miramos la vestimenta y largué:
    
    —parecemos hermanos siameses —la verdad es que llevábamos "pintas" parecidas en cuanto a camisa. 
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