1. Clases de piano 10


    Fecha: 17/03/2020, Categorías: Incesto Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues

    ... más me daban asco los hombres, pero la directora preparaba el culete de Gabriel de una forma tan erótica, en complicidad con él, que en verdad me estaban excitando; ella seguía metiendo y sacando los 4 dedos, los movía circularmente, Gabriel ya volvía a gemir de placer, nunca dejo de mamar su pene la directora. En cierto momento dejo de chupar pero no de profanar el pequeño culo, se arrodilló a un lado de él, le susurró algo al oído, él asintió, volteo a donde yo estaba e hiso una seña de que me acercará, yo lo hice con manos temblorosas, mi pene siempre estuvo de fuera y ya escurría jugo, me hinqué en la cama atrás de Gabriel, la directora sacó los dedos del culo y con su mano derecha literalmente ordeño sus tetas, dejando la leche en la mano izquierda, cuando se hiso un charco de leche escupió mucha saliva, con un dedo la revolvió, yo estaba sentado sobre mis talones mirando supe excitado la escena, la directora llevó el líquido hasta mi pene y lo esparció por todo lo largo, me jaló tomando por el pito y me levantó quedando nuevamente hincado atrás de Gabriel, dirigió mi pene al culete y metió el glande y lo soltó, yo sujeté del hombro a Gabriel con mi mano izquierda, quien al sentir la penetración se apoyó en el respaldo de la cama, con mi mano derecha sujeté mi pene, a nivel de la mitad, para darle más firmeza y lo introduje, Gabriel se quejó ‐ Ay ay No me detuve, una vez que sentí que había entrado la mitad solté mi pene y lo sujete de la cadera metiendo la otra mitad ...
    ... entre quejido y gritos de Gabriel ‐ Ay ay La directora me veía emocionada como enculaba sin piedad a su nieto y yo haciendo un esfuerzo sobre humano metí hasta el fondo mi pito ante la admiración de ella, que casi aplaude emocionada cuando lo hice a fondo, a ninguno de los dos nos importaban los gritos de Gabriel, sacaba mi pene solo para meterlo fuerte y hasta el fondo; Gabriel dejo de gritar y empezó a pujar, yo seguí con mis metidas y los pujidos se hicieron gemidos; gemía diferente, no como las niñas, gemía al mismo tiempo que sacaba y metía aire, se sujetaba fuerte del respaldo para aguantar mis estocadas, la directora volvió a meter su cabeza en la entrepierna de su nieto y llevó nuevamente su pene a la boca, yo seguía culeándolo, cada empujón que daba era una metida del pequeño pene a la boca de su abuela, gemíamos los tres en la habitación. Cuando más emocionado estaba, la directora tomó mi mano y la llevo al pene de su nieto, sentí la pequeña carne dura, rígida de excitación, por reflejo lo masturbe, nunca lo había hecho, en ese momento no me importaba, sentía un placer infinito, cuando toque su pene sentí un escalofrío en mi huevos y pene que nunca antes había sentido, no podría decir que esto me daba más placer que encular a una niña, pero tampoco era desagradable. Aun lo sujetaba del hombro izquierdo, pasé mi mano por su cuello y lo jale a mí, lo separé del respaldo y giré su cabeza hacia mí, él entendió porque abrió su boca y saco su lengua para recibir la mía, se ...
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