1. El Aldeano y mi cuñado


    Fecha: 19/03/2020, Categorías: Transexuales Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos

    ... bien escotado, debajo solo tanga mínimo y sin sujetador, mostraba un generoso canalillo y se sujetaba en los hombros con tirantes. Mis pechos serían visibles al menor movimiento y mis piernas se verían con solo una pequeña brisa o a poco que me agachara. A media mañana fui en busca de Tadeo, nerviosa, excitada, lo encontré en los almacenes enfrascado en la reparación de un tractor, vestido con su mono de trabajo, había bajado la parte superior hasta la cintura debido al sofocante calor, su torso sudoroso con manchas de grasa, recordaba la imagen de esos calendarios que suelen colgarse en las paredes de los talleres mecánicos, con machos y hembras espectaculares. Me acerqué y le saludé, pero apenas me contestó con una especie de gruñido. Seguí hablándole, pero apenas me atendía ocupado en su trabajo, sin levantar la vista de la pieza que pretendía reparar. Parecía nervioso, tímido, incómodo con mi presencia. Cayó al suelo la herramienta que manejaba y me apresuré a recogerla del suelo para dársela, agachada levanté la vista y vi sus ojos clavados en mis pechos, que se mostraban totalmente desnudos para él, vi su deseo en su rostro y sentí por un momento miedo. Estuve así unos segundos interminables.
    
    "¡Qué miras!, le dije.
    
    "Sus tetas, son las mejores que vi". Me levanté para darle la herramienta, pero él me agarró del brazo y me atrajo hacia él.
    
    "¿Qué haces?
    
    "Voy a darle lo que ha venido a buscar, señora. Hace días me di cuenta como me mira con ganas de polla y la ...
    ... voy a complacer".
    
    ¡No por favor! Se enterará mi cuñado y tendrás problemas.
    
    "Lo está deseando hace días, zorra", al tiempo que me bajaba los tirantes de los hombros haciendo caer el vestido y dejando al descubierto mis pechos.
    
    Sus manos se apoderaron de ellos, los manoseó llenándolos de la grasa de sus manos, sentí como los chupaba y mamaba, mientras emitía sonidos guturales y aumentaba la excitación en los dos.
    
    "¡Qué tetas más duras tiene señora!
    
    Cuando se cansó de manosear y usar mis pechos, bajó lamiendo hasta desabrochar el vestido y hacerlo caer del todo dejando al descubierto mis piernas y mi diminuto tanga, del que salían los pelitos del pubis por los costados, lo que aumentaba su excitación ya incontenida.
    
    "Voy a follarla para darle lo que el maricón de su marido no sabe darle", empezó a lamer mi tanga chipiao de flujos ya en ese momento. Tenía por fin a mi disposición a aquel semental con el que tanto había fantaseado.
    
    Llegué a aquel pueblo abandonado en medio de la naturaleza, lejos de toda civilización, y descubrí aquel ejemplar primitivo y salvaje creado para cubrir hembras y en especial para una de la ciudad que pasaba todo el día, solitaria y en celo, dispuesta a ofrecerse en sacrificio a aquel dios del Olimpo, ofreciéndole su tributo. El destino le había puesto en mi camino e iba a aprovechar los deseos de la naturaleza encarnados en aquel semental creado para aparearse con todas las hembras que se cruzaran a su paso, siguiendo el mandato de ...
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