1. El Aldeano y mi cuñado


    Fecha: 19/03/2020, Categorías: Transexuales Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus instintos más primitivos.
    
    Estaba de rodillas, oliendo mi sexo a través de la tela, lamiendo la mancha de flujo bien visible y no tardó en arrancarlo para acceder libremente a mi vagina. Recorrió con la lengua la vulva sin delicadeza, como un animal hambriento. No me gustaban sus modales, pero mi excitación era más fuerte y mi vagina pedía a gritos ser ocupada por una buena verga. Metía su lengua todo lo que le daba de si y pronto me vine en un chorro de flujos que me provocaba aquel labriego adusto, suplía su falta de técnica amatoria con un deseo desenfrenado y salvaje que me hacía estremecer y temblar, cuando me hizo venirme las sacudidas de mi cuerpo le asustaron y casi pierdo el sentido.
    
    Dejó de comer mi sexo y levantándose me hizo arrodillar, bajó la parte inferior del mono y salió su gran verga disparada como un resorte liberado de la tela. No llevaba calzón y se mostraba en toda su plenitud a escasos centímetros de mi boca, realmente era grandiosa, como me habían dicho y la había imaginado tantas veces. "Mama puta", es lo único que balbuceó. La agarré con las dos manos para hacerle una felación como yo solo sé hacerlo, agarrándola con las dos manos inicié la mamada con la experiencia de las numerosas pollas que he tenido en mi boca, pero su deseo salvaje lo impidió y apresuradamente la metió en mi boca agarrándome la cabeza para follarla literalmente. Me ahogaba, era desagradable, pero era más fuerte mi deseo de pertenecer a ese macho, no entendía como mi ...
    ... delicadeza y feminidad podían disfrutar de aquella forma de sexo tan distinta a mi naturaleza sensible, pero era más fuerte mi adicción al sexo y aquella forma de practicarlo era para mí novedoso y me atraía de forma especial, una manera distinta de gozar con un semental con una gran carga de erotismo de los más pornográfico.
    
    Cuando se cansó de follarme literalmente la boca, y a punto de correrse, me levantó en volandas y me llevó hasta un montón de trigo almacenado, me tiró sobre él y yo me abrí mostrándole mi chocho abierto y lubricado, ofreciéndole aquel manjar para él prohibido hasta ese momento, se puso entre mis piernas de rodillas y abriendo con dos dedos de la mano izquierda los labios vaginales, con la otra mano guio su verga introduciendo el capullo entre ellos, hizo un movimiento de acoplamiento y cuando estuvo el capullo bien incrustado clavó su polla de una estocada que sentí en lo más profundo. Empezó a moverse con fuerza, me follaba duro mientras resoplaba emitiendo sonidos y palabrotas obscenas. Me llamaba puta, guarra, cerda... y me sacudía pollazos bestiales. No sé cuánto tiempo estuvo machacándome el coño y sacándome orgasmos uno tras otro, esperaba sentir su chorro de un momento a otro, pero me levantó de esa posición poniéndome en cuatro, mi culo en pompa mostrándole mi ano estriado y oscuro, su mano izquierda chafándome la cabeza con los granos de trigo y con la otra arrastrando con la yema de sus dedos abundante flujo de mi coño para lubricar mi ojete. ...