1. Mi tía me volvió loco


    Fecha: 21/03/2020, Categorías: Incesto Autor: Gast, Fuente: CuentoRelatos

    ... quedar a comer.
    
    Yo no aguantaba más. Me acerque a ella, la tome de la cintura y la bese. Puse una mano en su pecho y continúe besándola.
    
    Ella bajo por mi cuello besándolo y termino en mi estómago. Miro hacia arriba con dos faroles que parecían de estrellas. Bajo mi bóxer y comenzó a chupármela. Tras tanta excitación estuve a punto de acabar en su boca pero le retire la cara.
    
    Tía: Quería estar segura de que me deseabas.
    
    Simplemente la tome de la cintura y la senté en la mesada. Le baje los pantalones y comencé a frotar con la cabeza de mi pene. Su vagina de arriba abajo. Me detuve un segundo para buscar un preservativo que siempre llevo en mi billetera y cuando me disponía a ponérmelo ella me lo quito y me lo puso. Me la mamo un poco antes de darse vuelta y frotármela con sus nalgas.
    
    Tía: Me encanta tu pene… Métemelo no aguanto mas
    
    Tome mi pene y se lo metí suavemente. Empezó a hacer movimientos y ella empezó a gemir lo que me incentivo más y más fuerza tomaban mis movimientos… Estaba extasiado mis manos no se desprendían de sus pechos. Entonces acabe…
    
    Tía: Siii! Siii! Lléname de tu leche, cógeme cógeme!!!
    
    Mi excitación no se detuvo con mi primer orgasmo… Quería seguir y nada me detendría. Ella repetía que no pare y no pensaba hacerlo la tome nuevamente y la di vuelta de tal forma que quedamos enfrentados ella sentada en mis piernas y empecé a hacer fuerza con los gemelos de tal forma de subir y bajar por lo que ella parecía rebotar en mí.
    
    De repente sentí como sus fluidos empezaban a salir más y más y a gotear desde la base de mi pene al suelo. Efectivamente ella estaba acabando lo cual origino un nuevo orgasmo en mí y con lo cual sentí que eventualmente mis energías fueron menguando.
    
    Esto fue la semana pasada. Después de esa vez solo fui una vez más a casa de mi tía y estaban mis primos por lo que no pudimos hablar mucho… Pero en un instante de soledad me beso y acaricio mi pene. Diciéndome que moría de ganas de volver a estar conmigo.
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