1. victoria y su fantasma en la cabeza - buenos aires-


    Fecha: 22/03/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... e hice la falsa llamada… ¿Mariano? Escuchame… ¿qué es eso que hay en la caja de tu moto? -¡Dije Furiosa!- ¡me enganché el pantalón con una cadena acomodando tus cosas¡¡ -hice Otra pausa- ¿pero de que te reís Mariano? ¡Mañana cuando vengas quiero que te lleves tus cosas! -digo casi gritando mientras miro para abajo y se notaba terriblemente el nerviosismo de Rubén, ahora levanto mi pierna derecha y apoyo el pie en la misma silla en que estaba Rubén sentado, era una posición muy jugada, pero sabía que tenía a acorralar a Rubén porque se notaba que él se quedaría en el molde- Ahora le temblaban las manos y no podía mirarme, entre la falsa discusión que estaba presenciando y por lo que tenía a pocos centímetro de su cara. ¡Mariano…mañana te llevas todo por favor! hice otra pausa he hice de cuenta que la charla cambió de rumbo y digo; -sí, Rubén se fué hace cinco minutos -mientras bajo lentamente mi cabeza buscando su mirada. Y veo que ya estaba por terminar de desenganchar toda la cadena. -chau –digo- y tiro el teléfono en la barra mostrándome indignada. Entonces tenía que apurarme y hacer algo urgente, pongo mis dedos sobre los suyos copiando sus movimientos y tironeo aunque se rompa un poco la tela -falta poco digo- hasta que sacamos la cadena ¡por fin! digo mientras alzo la cabeza, ¡gracias Rubén y disculpá por este momento incómodo! Sin bajar la cabeza apoyo mi mano sobre su hombro de modo amigable, y mientras lo halago por su ayuda y por ser caballero, digo cosas para ...
    ... mostrarme amigable Muy sutilmente acaricio su hombro con mi dedo pulgar, sigo sin bajar la cabeza, hay un silencio eterno pero tenía que llenarlo con algo, no podía verlo pero me imaginaba a Rubén mirando fijamente mi concha, relamiéndose, con la frente transpirada de nervios, si hasta se notaba su respiración agitada, pensé: seguramente hace mucho que no tiene delante suyo algo tan rico. El morbo de tener a un tipo sumiso a mis pies me calentó la sangre, desde el momento en que agarré el teléfono y actuaba una falsa discusión, estaba cagando a pedos a un tipo por teléfono y a otro sentado frente a mí esperando mis indicaciones. Entendí entonces que me calentaba el poder, poder tener a mi merced a un tipo complaciéndome o someter a otro a que haga algo arriesgado para mí, experimenté también lo que puede sentir un jefe resentido hacia sus empleados, un capataz o un líder. El morbo me emborrachó haciendo remolinos en mi cabeza y calentaba el aire de mi pecho y vientre, cerré los ojos y me deje llevar. Rubén, dije con voz firme, y sin dejar de agachar la cabeza, fíjate que con la cadena me quedo sentido el muslo, noté pronto que se dio cuenta del juego y de nuestros roles porque me preguntaba ¿Es acá victoria? Con un tono de voz de tímido, subordinado -Más arriba Rubén ¡me duele mucho! Jugamos así hasta que llego a mi concha, y con esos dedos gruesos de trabajador me acaricio como si fuera algo que no quería romper pero muy intenso a la vez, me manoseó como un viejo desquiciado que ...