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El repartidor de Oaxaca
Fecha: 28/03/2020, Categorías: Gays Autor: Morgan35, Fuente: SexoSinTabues
... mis nalgas, empujó la cabeza de la verga poco a poco y no entraba tan fácilmente,la tenía muy gorda y ancha, fue entrando lentamente, pude sentir lo caliente que la tenía, sabía que el resto que estaba por entrar sería increíble, solamente con la punta dentro de mí y yo ya escurría a chorros de líquido preseminal, levanté un poco el culo como permitiendo ya la entrada de toda su masculinidad. Tomó mi cintura con fuerza pero hundió muy despacio su verga caliente abriendo a su paso cada pliegue de mi culo, sentí que llegó al tope y quedaban aún unos 5 centímetros fuera, inevitablemente salió de mi un primer gemido mezclado de dolor y de placer que no pude contener, así fue como empezó el bombeo, estaba yo parado de puntitas y el tomándome de las nalgas metiendo y sacando, ya para ese momento estaba relajado y sólo concentrándome en disfrutarla, incluso había momentos donde yo me movía solo hacia atrás empujando mi culo para comerme a mi manera su durísimo trozo de carne. Pasados algunos minutos se hizo para atrás sacándome la verga, por el placer que me había provocado me temía que tal vez hubiera ensuciado su verga ya que sentí que me llegó hasta lo más profundo pero no, no había residuos de nada, solamente algo de mucosidad que mi excitación arrojó. Me tomó de los hombros y me bajó al piso para ponerme en cuatro, es decir, de “perrito”, ya que estaba en el suelo me tomó de la cintura con una de sus manos y con la otra tenía sujeta su enorme barra morena, la puso nuevamente ...
... en la entrada y al ir doblando sus rodillas con su mismo peso la fue hundiendo pero esta vez entró ya sin tanto trabajo, había dilatado muy bien mi culo y estaba perfectamente lubricado con sus fluidos y los míos para que entrara y saliera como a él le diera la gana, así estuvo dándome por unos 5 minutos más, mis gritos de placer, su respiración jadeante y sus gotas de sudor cayendo en mi espalda eran testigos de ese momento que no quería que terminara, incluso empiné más el culo para que apoyado sobre los codos la penetración fuera más profunda. Vaya que lo sabía hacer de maravilla este oaxaqueño, sin duda se había ganado ya cada peso de esos billetes que le daría. Entre mis gemidos y los suyos escuché su voz que me decía: “¿te gusta putito, quieres más verga, quieres que te inunde el culo de leche?” en primera instancia debo confesar que su primer pregunta no me agradó, no me gustó que me llamara putito, yo sólo era un hombre caliente con ganas de disfrutar de otra verga y saber si podía correrme sin tocarme la mía. Su segunda pregunta tuvo una rápida respuesta, solamente dos palabras: “dámela toda”…. “pero por favor todavía no te vengas que aún no me vengo yo”…. empezó a darle un poco más duro pero yo sentía que no podría llegar así, sentía muy rico pero no había llegado ese orgasmo anal tan esperado. Creo que esa posición le empezó a cansar las piernas y su movimiento fue disminuyendo por lo que hice un movimiento hacia adelante para sacarme su verga, irremediablemente ...