1. Castigada por desobediente


    Fecha: 07/04/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... en mi boca, hasta el fondo. La mamada profunda que le estaba dando me hizo llorar más los ojos y se terminó de arruinar mi maquillaje cuando mi labial quedó embarrado en el fierro de Arturo y esparcido al rededor de mis labios.
    
    El profesor tomó asiento de nuevo y le preguntó a Arturo -¿Qué pasa, joven? ¿ya sabe en qué parte del cuerpo de esta perra va a descargar usted su semen? No me diga que no se va a aguantar más y se va a venir en la boca de esta puta ya mismo.
    
    -Nnn... no, no, profesor... Aunque, oh, ooohh, Dulce, si lo sigues chupando así, vas a hacer que me venga-. Para que todo terminara de una vez, comencé a frotar su pene con mi lengua dentro de mi boca y a gemir ruidosmente como una perra en celo, Arturo no pudo soportar y comenzó a eyacular, cuando quise sacar su verga de mi boca, por el asco que me daba sentir el semen de Arturo comenzando a fluir, no pude hacerlo, pues el profesor se había puesto detrás de mi y empujó mi cabeza hacia el cuerpo de mi compañero, obligándome a tragar el semen y luego, cuando cesaron los bramidos de Arturo, el profesor me permitió separarme y me ordenó que lamiera la leche que se había escapado por la comisura de mis labios y lo poquito que seguía saliendo por el orificio en la punta del glande, cuando terminé de tragarme el asqeroso semen de ese idiota, le pedí que me desatara y él accedió, liberando mis adoloridos brazos. Pero mi alivio duró muy poco, por que inmediatamente el profesor me dobló por la cintura sobre la ...
    ... mesa y me ató las manos tras la espalda con una cuerda que sacó de su bolsillo y prosiguió a quitarse el cinturón para empezar una despiadada serie de azotes en mis nalgas luego de levantarme la falda y entre azote y azote me iba diciendo -Eres una zorra golosa ¡No tenías que hacer que este pendejo terminara tan rápido! Pero te encanta la verga, no puedes pasar ni un momento sin estar provocando a los hombres, ahora ponte a chupar su miembro otra vez hasta que se lo pongas duro. ¡Anda, puta, hazlo!- Me tomó por las manos atadas y me derribó al piso, amenazando con el puño en el aire a Arturo cuando este trató de levantarme -¡Ni un movimiento, hijo de tu puta madre, o aquí mismo te cojo a ti también!-
    
    Succioné el flácido pene de mi compañero cuando me pude poner de rodillas frente a él. Tardó un tiempo en reponerse de la descarga pasada y en superar el miedo que sin duda la amenazante presencia del profesor le imponía, pero cuando lo logró, su miembro entraba y salía de mi boca ya endurecido y no había podido evitar acariciarme el pelo y hacerlo a un lado para disfrutar viendo cómo mis labios hacían su trabajo.
    
    -Vamos a preparar ese culito mordelón que tienes para que recibas a tu hombre. Sigue mamando si no quieres que te castigue, putita-. Dijo el profesor mientras se retiraba del comedor. Yo aproveché su ausencia para pedirle a Arturo que pasara lo que pasara, no se viniera dentro de mi -Por favor, si me coges, sácalo antes de que te vengas, te lo suplico-. Y me puse a ...
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