Lola y María. Segunda parte.
Fecha: 26/09/2017,
Categorías:
Jóvenes
Autor: caroltruco, Fuente: RelatosEróticos
... justo eso. Al fin lo tenía allí delante para cumplir su fantasía. Asió la mano de María, la puso de pie y le dijo sonriente: ¿Sabes lo que vamos a hacer, perrita?
No, mi ama, contestó la chica completamente abandonada a su suerte y al placer como una marioneta lasciva y dejada... Mojada por arriba y por abajo, con el culo rojo, el coño hinchado y la ropa desordenada; al aire todas sus curvas y su calentura. Guapa, despeinada y más adulta y dispuesta que la María que había entrado por la puerta hace un momento...
Mearle a este cerdo, soltó Lola sonriendo y mordiéndose el labio. Quiero sentir eso. Quiero que lo sientas tú también. Y quiero que se corra el desgraciado mientras lo llenamos de pis. Tú la cara y yo la polla.
Vamos.
María se excitó otra vez sin remedio y Don Santiago reanudó de nuevo el meneo que le dedicaba a su miembro. Sólo pensar que le iban a hacer una lluvia, las dos, a él, oh, cielos.. que va, no podía pensar, sólo tocarse desaforadamente mientras miraba hacia arriba y veía el cielo. El cielo en forma de mujer, de coño peludito soltando líquido templado en su boca. De repente sintió el chorro más abajo, en su mano y en su rabo.
Estaba seguro de no haber sentido más placer en toda su vida.
Arriba y delante, sólo para él, dos chochos riquísimos, meones, deliciosos, disfrutando, empapándolo, obsequiándole ese manjar...
El calor húmedo le hizo venirse y casi gritar.
Revolviéndose desmadejado en el suelo lleno de orín, no le importó ...
... nada. Absolutamente nada. Podía acabarse todo. La vida podía terminar. Incluso entrar por la puerta el consejo escolar al completo. Su expresión desencajada se transformó en sonrisa idiota. Feliz.
Las nenas se limpiaron como pudieron con la toalla. María estaba aún en shock. El semen brotando a sus anchas del miembro de Don Santiago mientras le meaba le había dado un placer indescriptible. Uffff, qué rico... Recogieron las braguitas perdidas. Lola besó a María, le colocó la diadema del pelo y la camiseta. Le dijo notoriamente exhausta y satisfecha: Muy bien, niña, muy bien, me ha encantado, habrá más, te has portado muy bien... y tú... tú te lo has pasado mejor aún, jajaja...
Y María suspiró devota un Como guste, mi ama, cuando quiera y lo que quiera. Qué placer, mi ama. Gracias. Muchas gracias, soy suya...
A Don Santiago lo dejaron en la misma posición cuando salían. No había podido articular ni una parte de su cuerpo aún. Lola le dedicó un: Esperamos buena nota, muy buena nota, profesor... Y le guiñó un ojo. Este seguía en el limbo de los que saben algo más, el de los tontos con mirada perdida...
Y María ya en casa recordó todo al irse a la cama por la noche... y claro, no podía dormir... y se frotaba y se frotaba con la almohada pensando en que mearle a Don Santiago le había gustado mucho. Era realmente excitante. Y se tocó hasta correrse pensando en cómo había sucedido y en cuando se repetiría...
La Truco
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