JUAN: Leyenda urbana 1 - Relatos Eróticos

JUAN: Leyenda urbana 1

... bikinis de algodón muy pocos de encaje y mucho menos tangas o cacheteros sexys, pero eso si todos estaba sucios manchados e impregnados del delicioso aroma íntimo de Marta. Jorge tomo un cachetero azul claro. Daniel: Vamos antes de que regrese tu mama! Y allí mismo en la habitación de Marta ambos jóvenes de recostaron en la cama, se bajaron los pantalones y ese par de jóvenes y viriles vergas ya estaba como rocas, los dos se miraron y rieron. Pensaban que eso era una bobería. Jorge: Esta bien hay que hacerlo… Y así iniciaron con el ritual. Se llevaron las pantis de sus madres a la cara, y dando un fuerte suspiro inhalaron el rico aroma de ese par de sexos que tanto deseaban, en seguida llevando las pantis a sus miembros y enrollándolas en ellos comenzaron a darse una tremenda jalada mientras repetían constantemente “MI MAMA ES MI PUTA, MI MAMA ES MI PUTA”… Finalmente y casi juntos ambos jóvenes derramaron su semen sobre las pantis de sus hermosas madres, jadeando muy fuerte, los dos se voltearon ver y comenzaron a reír, limpiaron por completo su leche con las prendas de sus madres. Daniel: Bueno, ahora hay que esperar, según la página en dos horas esto hará efecto. Jorge: Amigo esto es una estupidez, pero sea como sea que rico es masturbarse con esto, que aroma tan rico tienen nuestras madres… Ambos chicos bromearon por un rato al respecto. Después se bajaron de la cama y se acomodaron los pantalones, Jorge regreso la panti de su madre a cesto, Daniel se fue a su casa para ...

... poder regresar la de Silvina antes que esta regresara a casa. Los dos adolescentes no dejaban de pensar en la idiotez de aquello, pero con la esperanza que fuera cierto. El ritual lo habían realizado cerca de las 5 de la tarde por lo que para las 7 el efecto ya debía de haberse cumplido. Daniel estaba impaciente en su casa esperando que su madre regresara de la estética, para cuando Silvina llego, ya pasaban de las 8 de la noche por lo que ya tenía que haber hecho efecto el hechizo. La hermosa madre actuaba completamente normal, no daba síntomas de estar hechizada, Daniel sabía que en la página habían aclarado eso, por lo que no había forma de saber si en verdad aquello había funcionado, simplemente la madre tendría que responder con naturalidad y sin protestar ante cualquier petición sexual de su hijo, Daniel temeroso sin atreverse a hacer algo no sabía cómo comprobarlo. Silvina estaba cansada estaba en la sala de su casa viendo la televisión, usaba un pantalón de mezclilla oscuro muy ajustado por debajo un bikini de encaje beige se había despojado de sus zapatillas blancas y encima tenía una playera blanca con brasier del mismo color. Daniel la había recibido cuando llego a la casa y estuvo un rato en sus presencia, después de había ido a su cuarto impaciente dando vueltas, con esa sensación de imaginar que el hechizo pudiera haber funcionado, finalmente tomo el valor para comprobarlo, y saliendo de su habitación fue a donde su madre, llego y se sentó junto a ella en el ...