Anoche soñe con Carola (I)
Fecha: 14/04/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
...y soñé que por fin era mía.
Mi prima Carola tiene 27 años, es alta (más de 1,70), piel canela, con unas medidas que le quitan el hipo a cualquiera (95, 59, 90), una linda sonrisa, hermosos ojos y de trato muy agradable.
Yo estaba solo en casa cuando ella llamó cerca del mediodía. La invité a almorzar y ella aceptó. Le dije que trajera la malla para que después de comer nos metiéramos en la pileta, una forma sencilla de combatir las altas temperaturas de enero. Después de un menú liviano (con abundantes vegetales), pero regado con mucha cerveza helada, hicimos sobremesa con un cafecito. Ella estaba vestida con un pescador azul que llegaba hasta las pantorrillas de sus largas y bien formadas piernas. Una remerita del mismo color pero muy ajustada y con un buen escote que dejaba ver, entre otras cosas, un corpiño blanco calado (con encajes) y el nacimiento de sus dos tremendas tetas. Mientras yo preparaba el café ella pidió permiso para ir al baño y cuando desapareció de la cocina aproveché para espiar en su mochila. Además de todo lo habitual en el bolso de una mujer (maquillajes varios, perfume, toallitas, espejo, cigarrillos, encendedor, billetera, llaves, etc.) di con su minúsculo traje de baño, una hermosa tanguita amarilla
¿Por qué no te cambiaste?, interrogué.
Es que salí tan apurada de casa... me dejé la toalla y la parte de arriba del bikini, contó preocupada.
No te hagas problema porque te puedo prestar una toalla. Y en cuanto a la parte de ...
... arriba podéis usar un corpiño y listo, propuse.
(después de dudar unos segundos) ¿te parece, bañarme en ropa interior?
Claro, Caro. No va a venir nadie y la pileta está bien cubierta por las tapias, la alenté.
(sin dudar) vengo en cinco minutos.
La primera parte de mi plan estaba en marcha. Ahora había que improvisar sobre la marcha y cosechar la siembra. Estuve tentado de ir a espiarla por la cerradura pero me arrepentí mientras iba en dirección a mi cuarto. Hice bien porque a los dos minutos ella salió por mi puerta. Si me hubiese arriesgado ella me hubiera encontrado con el ojo pegado a la cerradura y adiós al plan.
Le pedí que ella continuara con la limpieza de la pileta mientras yo preparaba unas bebidas. Carola fue hasta el jardín y, sin saber que lo la miraba por la ventana de la cocina, dejó caer la toalla sobre un sillón. Estaba espléndida: la tanga era diminuta y se le metía hasta lo más profundo de su cola y por delante... bueno eso era de campeonato. Su depilada conchita se comía toda la licra de su tanga y sus pechos sostenían una dura batalla por no salirse del corpiño de encaje. Apuré los tragos. ¿La receta? Una mezcla de hielo granizado, sidra, duraznos y un touch de vodka (también le pueden poner ron, pisco, gin o alguna otra bebida blanca). ¿El secreto? Cuando serví los vasos largos le agregué una buena dosis de vodka al de ella y nada al mío. Le dije que me iba a cambiar y ella me preguntó si tenía loción bronceadora porque el sol estaba ...