1. Anoche soñe con Carola (I)


    Fecha: 14/04/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... fuerte.
    
    Dame un segundo que me cambio y te traigo el bronceador.
    
    Desde mi habitación también se ve la pileta así que mientras me cambiaba para ponerme el traje de baño la espiaba para ver que hacía. Carola se subió al trampolín (una plataforma de madera apenas a medio metro del agua) y se zambulló. La visión de su cuerpo al salir del agua fue fantástica. Su tanga mojada era más transparente que un papel de calcar y ni hablar de su corpiño: sus rosadas aureolas y sus endurecidos pezones se notaban claramente. Ella se debe haber dado cuenta porque intentó acomodarse un poco el sutien pero era inútil: se le veía todo. Mi pija comenzó a erguirse por lo que debí esperar un poco para salir al patio. Como llevaba un short ajustado de licra era evidente que tenía una terrible erección y no quería asustar a la caperucita antes de tiempo. Cuando mi verga volvió al reposo (después de pensar en cosas desagradables como impuestos, trabajo extra y otras barbaridades), pasé por el toillete para recoger la crema bronceadora y por la cocina por las bebidas.
    
    ¿Qué tal está el agua, Caro?, pregunté haciéndome el ingenuo.
    
    Bien, linda... aunque un poco fría, dijo mientras sonreía mirándose sus generosos pechos.
    
    Ya veo, dije yo mientras pensaba de nuevo en impuestos para evitar que mi verga volviera a la carga.
    
    ¿Trajiste el bronceador?
    
    Si, pero me vas a tener que pasar a mí por la espalda por que no llego.
    
    Y tú después me pasas a mí, dijo ella y mi verga comenzó a ...
    ... cabecear
    
    Tiramos las toallas al césped y comenzamos a pasarnos la crema. Después de que ella me recorrió toda la espalda con sus manos (menos mal que estaba boca abajo porque mi pija parecía un misil), fue mi turno. Lo hice suavemente, recorriendo cada cm. de su piel, tratando de disfrutar al máximo. Comencé por los hombros y llegué hasta el borde de su bikini. Tenía la tanga totalmente enterrada en los pliegues de la cola. Hice un intento por ponerle crema en las nalgas y como no encontré oposición seguí con mi tarea. Para no despertar sospechas lo hice "profesionalmente", le pasé crema por la cola pero sin detenerme demasiado y seguí viaje por la parte posterior de sus muslos. La zona no era tan excitante como la anterior pero la visión (en perspectiva) era muchísimo mejor: su tanga se metía entre los labios de su vagina. Charlamos de tonteras, contamos chismes sobre gente conocida y criticamos a unos y otros. La bebida fue haciendo efecto y logré en varios puntos llevar la charla para el lado del sexo. El calor
    
    Caro, ¿alguna vez hiciste topless?
    
    (ella me miró asombrada pero contestó sin dudar) Si, varias veces.
    
    ¿Y que tal?
    
    No hay nada mejor que tomar sol sin el corpiño porque no te quedan marcas y te bronceas más parejo.
    
    ¿Y donde hiciste topless?
    
    En el patio de la casa de Laura (su mejor amiga) o en la terraza del departamento de Guadalupe (una compañera de la facultad). ¿Por qué me lo preguntas?
    
    No por nada...
    
    Dale, ¿por qué me lo preguntaste?
    
    Solo por ...