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(5) Cuestión de bragas
Fecha: 14/04/2020, Categorías: Gays Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
... creída. -¿Acaso miento? ¿A que no? -Te crees muy guapa, ¿verdad? -Ya lo creo. Cada mañana me miro al espejo un rato y me deleito con mi belleza. Esa es la mujer que vale, la mujer que se siente segura con su belleza y su erotismo. El resto son mojigatas y estrechas que no follan en dos semanas… -la miró Ana de reojo y con intención. -¿Cómo coño lo sabes? ¿Te lo ha dicho Lorenzo? -Tu habitación es la 3 y las paredes hablan. -¡Yo no soy ninguna mojigata ni ninguna estrecha! ¿Te enteras? -Pues demuéstramelo. -Haré lo que me pidas para demostrártelo. Puedo llegar a ser muy hembra. -¿Lo que sea? -Lo que sea. Ahora y aquí mismo. -Bájate las bragas y dámelas. -¿Cómo? -Dijiste lo que sea. Pese al apuro, Nekane se subió la falda para bajarse las bragas. Sacó un tobillo, luego el otro y se las sacó. -Toma –se las dio Nekane. Ana se las llevó a la nariz buscando males olores. -Están limpias. Póntelas otra vez y te largas. Hemos acabado aquí. -Espera, lo puedo solucionar –cogió Nekane sus bragas y se las restregó por su zona genital y luego anal. Así varias veces. Ana sonreía sorprendida-. A ver ahora, toma… Ana volvió a olerlas, esta vez a su gusto. -Me has alegrado el potorro, Nekane. -¿Qué mas? -¿Tienes ganar de cagar? -¿Cómo dices? -Quiero una muestra de tus heces. -Joder… -Nekane cogió valor y fue al cuarto de baño. Se sentó en el váter e hizo fuerza. Ana la miraba desde la puerta. -¿No ...
... puedes? -Espera, joder. Almorcé poco en el avión. Ana se arrodilló frente a ella. -Venga, Nekane, relaja el esfínter. -Un momento… Y Nekane pudo soltar unas cuantas cagarrutas que fueron cayendo una a una. -¿Ya? -Bufff… ya… -Yo te limpio –cogió Ana el papel higiénico y ella misma se encargó de limpiar el culo a Nekane. Olió los restos en el papel con satisfacción-. Ya está, levanta el coño. Y Nekane se quitó del váter. Ana examinó visualmente las cagarrutas dentro del váter. -Parece la cagada de una quinceañera –sonreía Ana. -¿Es de tu agrado? -Luego las guardaré en mi nevera portátil. -¿Qué mas necesitas? -Que te desnudes. Allí mismo, Nekane se desnudó. Ana se dedicó a mirarla sentada en el váter. -Acércate a mí –ordenó Ana. Nekane obedeció. -Tienes un clítoris precioso, Nekane. -Gracias. -Quiero que te hagas una paja delante mía. ¿Podrás? -Lo intentaré. -Pues venga, date con la mano. Pero Nekane sentía dolor a medida que se frotaba. -Estás muy nerviosa, Nekane. Relájate. -Lo siento… -sollozó con pena. -Sssssh, tranquila, déjame a mí. –Y Ana fue dando besitos alrededor de la zona púbica. Muslos. Caderas. Ombligo. A Nekane le gustaba y se fue destensando. Ana comprobó cómo su vulva se contraía de adentro afuera, y las primeras gotitas de flujo surgían como semillas de amor. -Dime si te duele o te gusta, ¿vale? -Vale. Y Ana golpeó el clítoris de Nekane con la yema de los dedos. -Ahhhhh, joder… ...