Las Tetazas De la Mujer De Mi Mejor Amigo
Fecha: 17/04/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... masturbándose y mirando. No nos habíamos dado cuenta.
Nuria agarro la polla de su marido y empezó a chupársela mientras me pajeaba a mi también.
– ¡Aaah, así vamos, chupa! – decía Jorge, marcado el ritmo de la mamada sujetando la cabeza de su mujer.
Mónica iba cambiando de polla. El ruido de la saliva en su boca al chupárnosla, era puro morbo para el oído.
– ¡Ufff! ¡Cuánta polla! – dijo Nuria, tomando aire.
Jorge, tumbó a su mujer en la cama y la penetró al estilo misionero. La cama crujía a cada embestida y Nuria resoplaba, sus enormes pechos se bamboleaban arriba y abajo. Mientras, yo me masturbaba viendo la escena.
Luego de un rato, me tumbe en la cama y Mónica se puso encima de mí. Se metió mi polla dentro y comenzó a mover las caderas. Notaba su coño humedeciendo mis testículos. Se movía frenética, mientras yo apretaba sus nalgas con mis manos. Con mi boca chupaba sus pezones; sus enormes tetazas quedaban ante mi boca, balanceándose como péndulos.
– Muévete, muévete… ¡Vamos! Qué gusto, joder… – gemía yo.
– Cariño, que zorra eres cuando quieres… Vamos, chupa… – le dijo Jorge a su mujer, mientras el de pie sobre la cama, se la metía en la boca, mientras ella me cabalgaba.
– ¡Joder… aaah, me corro! – gritó Nuria, quien aumentó el vaivén de sus caderas.
Entonces noté una humedad bestial en mi polla. Ella, cayó desplomada sobre mí. Se había corrido.
Jorge, bajó de la cama y levantó a su mujer.
– Vamos, zorrón. Dame ese culo un poquito, ...
... sabes que me encanta y te vuelve loca – dijo él.
– ¡Joder, me vais a matar! – respondió ella.
Nuria se puso a cuatro patas en la cama, a mi lado. Su culo se veía tremendo con la espalda arqueada. Sus ubres se balanceaban y yo no pude resistirme a amasar con mis manos, aquel par de maravillas.
– Este es mi vicio. Me encanta que Gabriel me folle el culo… Me pone muchísimo… – me dijo ella, mientras sonreía acalorada y empapada en sudor, con su pelo enredado sobre la cara.
– Yo nunca me he follado por el culo a una tía – le dije.
– Eso tiene arreglo. Fóllate a mi mujer, vamos… – dijo Jorge.
– Hay que probar cositas nuevas – respondió su mujer, sonriendo y sacando la lengua.
Me puse un preservativo de una caja que Jorge me dio, de la mesilla de noche. Empapé mi rabo de lubricante y mientras Jorge, tumbado en la cama, besaba a su mujer y le sobaba los melones; yo me coloqué tras ella. Con una mano, separé una de sus carnosas nalgas; puse la punta de mi miembro en el ano de Nuria y fui poco a poco metiéndosela. Mi glande quedó dentro de su culo.
– ¡Aaauh, auh, auh! Suave… Duele… – gimió Nuria.
– Tranquila… Esto te encanta… Ven chúpamela mientras tanto… Así… así… Joder… – le dijo su marido; mientras ella le chupaba el miembro y yo, se la metía por el culo.
La sensación era brutal. Su ano estaba prieto. Tenía mi polla metida hasta los huevos y mis embestidas, pasaron de ser suaves, a vigorosas. Mis muslos golpeaban con fuerza las nalgas de Nuria, haciendo un ...