1. Las Tetazas De la Mujer De Mi Mejor Amigo


    Fecha: 17/04/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el culo, allí, en la misma habitacion; con su marido roncando en la cama.
    
    – ¡Para, para, aquí no! En el baño… – susurró ella, mientras intentaba apartarme.
    
    – Quítate el vestido – dije, alzando suavemente la voz, mientras intentaba besarla por el cuello y en la boca.
    
    Le subí el vestido con agresividad y forcejeando entre susurros, mientras me decía que allí no; le bajé el sujetador de encaje negro. La tumbé en el butacón a los pies de la cama y empecé a amasar sus tetas.
    
    – ¡Joder Nuria, qué tetona eres! Qué par de biberones… Estos cántaros me ponen cachondo desde hace dieciocho putos años… – le decía susurrando; mientras juntaba aquellas enormes tetas y pasaba mi lengua por sus pezones.
    
    Amasaba aquellas tetas como si no hubiera un mañana y las chupaba, abarcando con mi boca todo lo que podía.
    
    Nuria había dejado de forcejear y me sujetaba por los hombros y la cabeza; aprisionándome contra sus tetas.
    
    – Vamos… vamos… Quiero comerte el coño… – le dije en voz alta.
    
    – ¡Rober, silencio! – dijo susurrando.
    
    Cogí las bragas de Mónica y de dos tirones, las rompí. Me lancé a por su coño… Ella se recostó en el butacón y yo de rodillas con mi cara entre sus muslos y mis pantalones bajados, con la polla más tiesa que en toda mi vida; empecé a lamer su coño.
    
    Metía mi lengua en su vagina; lamía sus labios; su clítoris; lo chupaba; metía dos dedos en su coño, mientras mi lengua, trabajaba su botón del placer.
    
    Nuria se retorcía y jadeaba, amasándose las ...
    ... tetazas. Era como si los dos nos hubiéramos olvidado que Jorge estaba a menos de dos metros durmiendo.
    
    – Ven… Chúpamela… Quiero que me la chupes… – le dije a Nuria, mientras me ponía en pie y me quitaba el pantalón.
    
    Agarré a Nuria por su melena rizada y acerqué mi polla a su boca. Ella la cogió y empezó a menearla, moviendo mi capuchón arriba y abajo. Allí, en la penumbra de la habitación, solo iluminada por la tenue luz naranja de la calle; Nuria sentada en la butaca, empezó a chupármela. Su cabeza y su mano se movían rítmicamente. Sentía sus labios apretando mi polla; su lengua y el calor de su saliva.
    
    – Así… así… chúpala. Vamos… Traga… Qué cachondo me pones… ¡Aaah! – le dije, mientras con mis manos amasaba sus tetazas y ella chupaba y lamía mi rabo.
    
    – ¿Te gusta? – preguntó, tomando aire.
    
    – Vamos… Quiero follarte esas domingas… Quiero follarte los melones, Nuria… – le dije, metiendo mi polla entre sus pechos.
    
    Nuria juntaba y separaba sus tetonas, al ritmo de mis embestidas. Mi polla subía y bajaba entre las perolas de la mujer de mi amigo y mi muslos, chocaban contra ellas, haciendo un ruido de chapoteo. ¡Flop, flop, flop, flop! Se oía por toda la habitación.
    
    – ¡Joder que ubres, Nuria! ¡Qué tetorras tienes, guarra! ¡Aaaah, voy a correrme! – grite.
    
    – ¿Te gusta… te gusta follarme el tetamen? – dijo ella.
    
    Entoces, me fijé en una sombra a mi lado, detrás deNuria. Era Jorge. Se había despertado y con la cara somnolienta por la borrachera, estaba desnudo ...
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