1. La doctora Elia


    Fecha: 23/04/2020, Categorías: Hetero Autor: oscareduardo, Fuente: SexoSinTabues

    Ernesto respiró profundo, había encontrado por fin un empleo, era egresado de la Facultad de Medicina de la Nacional pero por su origen humilde y la falta de palancas no había podido conseguir un puesto con una modesta remuneración. Debía atender urgencias en una clínica privada, su turno era de 6 de la tarde a 6 de la mañana, sin embargo ese día debía colocarse a órdenes de su jefe inmediato para definir asuntos relacionados con su trabajo. Llegó puntual a su cita, allí lo esperaba una doctora, ni más ni menos que la hija del propietario. Su nombre era Elia, una mujer de una rara belleza, una cara angulosa, de pelo liso y dorado, lo había recogido con una moña que le despejaba su frente, sus ojos grises o verdes eran de una tonalidad cambiante, los labios delgados le daban una apariencia de mujer sádica, que reforzaba con una mirada inexpresiva y dura. Ernesto sintió miedo, se sintió intimidado, sin embargo sacó valor para resistir la tortuosa entrevista. Elia estaba feliz aunque su rostro no lo expresara, tenía frente a ella un joven apuesto, necesitado del puesto, y lo mejor de todo estaba a sus órdenes, bajo su dependencia, sería una presa muy fácil. Lo citó para el viernes en su consultorio, a las cinco de la tarde, una hora antes de empezar su turno. Ernesto salió pensativo, la mirada libidinosa de Elia lo había recorrido de pies a cabeza, era un scanner que detectaba todo con lujo de detalles, pero lo más incómodo fue cuando fijo con detenimiento su mirada en la ...
    ... entrepierna. Casi que podía decir que su jefe estaba pulseando su pene y sus testículos, así de sencillo. La semana pasó pronto y llegó el viernes, Ernesto llegó muy cumplido al consultorio de la Doctora Elia, tocó levementea la puerta y ella lo hizo seguir, estaba sentada en su escritorio con su bata de profesional ligeramente desabotonada, se paró para saludarlo y se inclinó luego para indicarle a Ernesto un sillón frente a ella, al agacharse sus senos quedaron casi al aire, eran realmente muy tentadores, blancos, turgentes y adornados con unos pezones rosados y grandes, Ernesto se sintió tentado de cogerlos y chuparlos, pero se contuvo, luego la doctora Elia se sentó sobre el escritorio frente a él, Ernesto no pudo disimular su sorpresa…en realidad lo que llevaba la doctora Elia era una minibata , al sentarse prácticamente sus piernas quedaron desnudas , ella las cruzo frente a él en forma calculada y premeditada, Ernesto vio una diminuta tanga que medio ocultaba su sexo, se estremeció y bajó la cabeza , Elia le preguntó si se sentía mal, le ofreció un trago y se dirigió a una pequeña nevera ,sacó una botella que guardaba y sirvió dos copas, Ernesto lo tomó para pasar ese momento de azoramiento, pensó que de pronto un poco de licor podía darle ánimos para superar esa tentación que tenía frente a sus ojos. No había pasado unos cinco minutos cuando su vista se fue nublando y de un momento a otro perdió el conocimiento. Cuando volvió en si lo primero que vio fue el rostro de la ...
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