1. Los demonios de Yahir, Cuentos de media noche III "Adiós Raúl"


    Fecha: 27/09/2017, Categorías: Gays Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues

    — ¿Seguro que nadie nos vio? — Estoy seguro, no puedo esperar para hacerte mío. — Calma. No podré estar mucho tiempo, mis padres podrían sospechar si desaparezco mucho— Dije mientras entrabamos al establo, eran las 8:30 pm y Raúl y yo estábamos como animales con ansias de placer. Cuando estuvimos dentro y la puerta estuvo asegurada, el tipo me estrujó entre sus brazos y mi pecho sintió ese cosquilleo que aparecía cuando tocan mi piel y me abrazan con pasión— Te necesito. — Me dijo y yo puse mis manos en su rostro y lo besé, su barba y su bigote de algunos días rasparon mis mejillas y aquello me hizo gemir con cautela. — Te necesito Yahir, eres mío ¿Verdad?— Guardé silencio por unos segundos, luego él besó mi cuello y acerco su boca a mis odios— ¿Verdad?— Volvió a preguntar y yo lo bese— Siempre tuyo Raúl. Me cargó entre sus brazos sin dejar de verme a la cara, se sentó en una silla y me pus e en sus piernas de espalda mientras acariciaba mis hombros sobre mi playera y me respiraba en el cuello para llevarme al límite. Cuando raspaba con su barba y me daba un masaje, me arrancaba suspiros y me hacía suspirar mientras sus manos jugaban con mi cuerpo y mi temperatura se elevaba a grados inimaginables para mí. — Sabes. Anoche le hice el amor a mi esposa— Dijo mientras tocaba mi espalda con dulzura— Ajá. — Fue lo único que pude responder por mi excitación— Sí, pero no pude dejar de pensar en ti, cuando la tocaba y la besaba, solo quería tocar y besar tu piel— Sus palabras me ...
    ... hacían “mojarme” en seguida, me estaba llevando al delirio y aún sin una penetración. — Raúl. Por favor, hazme tuyo…— Le dije casi jadeando cuando él acercó sus manos a mi pecho y a mi cintura— Mío, eres mío y de nadie más. Me quitó mi playera y se deleitó con mi lampiño torso, luego besó mi espalda de arriba abajo erizando mi piel y haciéndome sentir frio, mis pezones se pusieron duros y él los devoró, luego con sus inmensas manos me quitó mi pantalón y una vez desnudo, volvió a sentarme en sus piernas. — Si pudieras ver tu rostro, tus mejillas están rojas ¿Tienes frio?— Me preguntó, era quizá el frio invernal o el placer que él me producía, pero estaba helado y al mismo tiempo en llamas. Allí me tuvo un momento, sintiendo su paquete sobre mi glúteo desnudo, moviéndome como si me estuviese penetrando, no sabía que era aquello pero se sentía casi como si estuviésemos teniendo sexo, se sentía diferente, porque producía una especie de electricidad en mi ser el ser tocado solo con su lujuria. Él tomó mis manos y al desabotonar tres botones de su camisa, puso mis palmas sobre su pecho— ¿Te gusto? ¿Te gusto de veras?— Me preguntó y yo le respondí con un beso que le rogaba liberar mi placer— Demasiado— Le contesté casi suplicando que me hiciera el amor. Raúl se quitó su camisa y luego me cargó hasta la mesa donde me había cogido la última vez, estaba fría, mi espalda se heló al tocarla y mi pecho volvió a sentir ese cosquilleo al tener le pecho de Raúl sobre mí, sus vellos, sus ...
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