1. Una juventud madura (VIII): Fin del campamento


    Fecha: 29/04/2020, Categorías: Hetero Autor: jtvalverde, Fuente: CuentoRelatos

    ... buscando despertarle le besé primero la espalda y subí hasta su hermoso cuello. Cuando Roman estuvo lo sufientemente despierto, sin previo aviso, antes de que pudiera decir nada, le planté un morreo en sus labios húmedos y carnosos que lo acabó de despertar. Me subí a la cama sentándome sobre la parte baja de su vientre y disfrutando otra vez de su lengua en mi boca. Roman podía ser un poco más joven que yo pero era cierto que dominaba la técnica. Su lengua juguetona bailaba sobre la mía mientras notaba como su pene escondido bajo los calzoncillos empezaba a rozar mi culo bajo la tela de mi bañador.
    
    Me levanté la camiseta aceleradamente dejando mi torso al descubierto. Vi como a Roman se le escapaba un suspiro de lo caliente que estaba. Le comencé a lamer los pezones y bajando por el abdomen, que subía y bajaba aceleradamente por su respiración acelerada. Al llegar a la zona del ombligo él levantó ligeramente el culo y cogiéndose los calzoncillos se los bajo para mostrarme el hermoso pene que anteriormente había podido ver. Un rabo, con una piel suave y rosada y con un prepucio estirado hasta los topes por la descomunal erección de Roman.
    
    Seguí mi camino por su cuerpo dirigiendo mi boca directa al objetivo primordial. Me metí su miembro entero en la boca y casi los huevos también, porque Roman cogió con fuerza de mi cabeza empujando su pene hacia mi garganta. La sensación fue increíble. Todas las veces anteriores en las que había realizado una mamada siempre había ...
    ... tenido arcadas, pero al tener un pene un poco más pequeño (que tampoco era para desmerecerlo), el poder disfrutar del sabor, de la textura y de los gemidos de Roman sin sufrirlo me hizo gozar al máximo.
    
    Paré de succionar y volviendo a su boca le volví a morrear.
    
    —¿Te está gustando? —le susurre al oído
    
    —Me encanta y ahora me toca —contestó bajándose él a la altura de mi pilón. Me levanté de la cama para desnudarme por completo y dejar mi cuerpo a merced de su lengua.
    
    Pobrecito, al principio le costó un poco metérselo entero en la boca, pero después de un par de arcadas y de salivarlo bien, empezó a tragárselo entero. Podía ver como se le abría la garganta cada vez que se lo introducía y como el bulto se marcaba en su cuello moviéndose en dirección a la nuez. Era exquisito. No recordaba una chupada tan rica en ninguno de mis anteriores encuentros.
    
    Pasados unos minutos le hice parar por miedo a que se atragantase, bueno… y para no acabar yo antes de hora porque… estaba más caliente que una perra, pero con tal de complacerme Roman se levantó sobre la cama donde estaba tumbado y sin previo dedeo se sentó poco a poco sobre mi pene introduciéndolo en su ano hasta entrar en contacto con mis huevos. Su perfecto y redondito culo me envolvía alojando mi polla en sus intestinos dilatados. Parecía como si me estuviese succionando. En la primera penetración la cara de Roman mostraba claramente signos de dolor, pero nada más empezar el vaivén estos fueron cambiando a placer. Roman ...
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