Mi suegra y yo somos socios
Fecha: 01/05/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me llamo Matías, soy argentino, casado, 35 años. Mi señora es uruguaya. Cuando murió su padre, mi suegra viajaba mucho a casa, ya que está sola, es una mujer criada en el campo, una mujer fuerte, regordeta y muy trabajadora. Yo tengo un taller donde hago bolsas de residuos, fundo el plástico, es una mini empresa que nos da para vivir bien. Mi esposa me dijo que su madre quería vender todo en Uruguay y venirse a vivir con nosotros y trabajar conmigo, invertir lo que saque en el taller. Cuando terminó de vender todo se vino a casa, hablamos de lo que íbamos a hacer y nos pusimos de acuerdo. Compramos un galpón mas grande, aunque nos quedaba mas lejos de casa, mudamos la fábrica y empezamos a trabajar, yo le enseñaba lo que tenia que hacer y la verdad es una mujer muy fuerte, enseguida trabajabamos a la par. Las cosas nos íban muy bien. Teresa, que así se llama mi suegra, es una mujer muy agil para sus 56 años, habla hasta por los codos. Un medio día estabamos trabajando y hacía un calor tremendo, y ella como la cosa mas normal se sacó la camiseta quedando en corpiño, pero siguió trabajando, fue ahí donde me di cuanta de las dos enormes tetas que tiene. Ahí fue donde empecé a mirarla ya no como mi suegra, sino como una mujer mayor que está muy buena, unas piernas duras, redondas, una buena cola,. bien redonda y grande. Siempre con sus pelos en su cara bien sudada. Todo el día riendo. Me costaba trabajo no mirarla cuando metía la cabeza bajo la canilla del. agua y se ...
... refrescaba, porque el agua le caía por el cuerpo y le mojaba el sujetador dejando que mas se le noten las tetas, la aureola oscura y como se le endurecian los pezones. A mi se me paraba la pija, pero ella era como que lo hacia con total inocencia. Tiene una pancita que se la empecé a ver muy sexy. «Pufffff, que calor que hace», me dice sacando su pelo de la cara y estirando el cuerpo hacia atrás, haciendo que sus tetas resalten mas todavía, «y vos no tenes calor, que estas con toda la ropa?, ponete comodo, trabaja en calzoncillos que no me voy a asustar de verte medio en bolas», me dijo riendo, «mañana me traigo un short», le dije sin poder de dejar de mirar sus tetas. «Mira yo como trabajo, y no me saco el corpiño porque ahí si que no vas a hacer mas nada que mirarme las tetas», me dijo riendo a carcajadas, agarrándose la barriga para reírse, «si bueno, no voy a negar que tenes un buen par de tetas», le dije ya que se había dado cuenta que no dejaba de verselas, «a mi marido también le encantaban mis tetas, que en paz descance», me dijo riendo y seguimos trabajando. Yo me saqué la camiseta y el pantalón, quedando en calzoncillos, «ha, ya veo porque no querías quedarte así, me vez las tetas y se te para la pija», me dijo llorando de risa. Nunca vi a nadie reír así, con esas ganas. Seguímos trabajando, hasta las seis de la tarde, cuando decidimos terminar la jornada. Mi suegra como si nada se sacó el corpiño, el short que tenía puesto, quedando con una bombacha muy grande y se empezó a ...