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Nuevo fichaje
Fecha: 02/05/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Mago21, Fuente: CuentoRelatos
... dedos que entraron con facilidad. Ya no podía más. Me puse detrás de él y le metí la polla de una vez mientras Pablo soltaba un fuerte gemido que sonó por toda la casa: - Lo siento, no tenía que haberlo hecho tan bruscamente. - No importa -dijo sin aliento- sigue penetrándome que me gusta sentir tu polla. Empecé el mete-saca lo más despacio que pude, pero con la lubricación hacia que se resbalara hasta su interior. Le agarré de la cintura y lo envestí más rápido mientras sus gemidos retumbaban por toda la habitación. Mis manos se paseaban por su cuerpo, sus abdominales que se marcaban más fuerte, su pecho que subía con su respiración mientras le pellizcaba sus pezones, lo que hizo que gimiera más fuerte: - Eres un experto follando -dijo casi gritando por la excitación. - Tu culo ahh está absorbiendo mi ahhh polla. - Sigue, sigue, ahhh me encanta sentir ahhh tu polla llegando tan adentro. - No puedo detenerme…- le decía mientras le metía los dedos que habían estado en su ano dentro de la boca y los lamia con ansia. - Me vas ahh volver loco. Siempre quise ahhh hacer esto contigo y ahora ahhh al final puedo ...
... hacerlo. - Me voy a correeeer… - Siiii córrete en mi interior. Llena mi culo con tu corrida. En un gemido conjunto solté todo el semen que había dentro de mis huevos y lo solté en el culo de mi amigo. Me tumbé boca arriba y vi cómo se incorporaba y seguía masturbándose hasta que se corrió en mi pecho. Se tumbó encima de mí. Estábamos pegajosos por el sudor y el semen que había en nuestros cuerpos. La pose una mano en la cabeza y le acaricie el pelo mientras recuperábamos el aliento y Pablo recogía su corrida de mi abdomen: - Ha sido maravilloso. - me dijo- tantos años fantaseando con esto y por fin lo he cumplido. - También ha sido especial para mí, pero esto aún no ha terminado. Nos dimos un beso pasional he iniciamos una tarde de sexo en el que ambos acabamos con el culo destrozado, nuestras pollas rojas, y nuestros cuerpos cubiertos de semen, sudor y saliva. Cuando ya se nos hizo tarde empezamos a recoger nuestras ropas que habían estado tiradas en el pasillo de su casa. Fue raro, pero no encontramos mis calzoncillos por ninguna parte. Me dejo unos suyos para volver a casa y, con un último beso nos despedimos.