1. Los cuernos de Quique


    Fecha: 28/09/2017, Categorías: Incesto Autor: PobreCain, Fuente: CuentoRelatos

    ... te parece quedamos mañana y te acompaño para que lo conozcas y estoy seguro que te gustará, todos nos conocemos y desde hace tiempo solo admiten nuevos socios por invitación de los antiguos, de ese modo se mantiene el buen rollo evitando a los elementos perturbadores que podrían malograrlo, eso va en beneficio de todos y estoy seguro que encajarás perfectamente.
    
    Si haces memoria, al día siguiente de la despedida de Carlos fui al gimnasio por primera vez; fue con él y ese día descubrí que ese gimnasio es una verdadera maravilla, estábamos llegando y en la entrada preguntó algo apurado. — ¿Sueles hacer toples o desnudo integral? Es que solo hay un vestuario para todos y hasta el momento nadie se ha sentido molesto, a veces bromeamos, aunque soléis ser las chicas las más incisivas y cuando una mujer se dedica a aguijonear es terrible.
    
    Le respondí que hago nudismo siempre que puedo y que me encanta como bien sabes, aunque a ti no te hace gracia que los demás me miren a pesar de que tú las miras a todas con descaro y sin importarte que estén acompañadas o que yo esté junto a ti hablándote.
    
    Quique se revolvió en su asiento, pero continuó en silencio; sin prestarle importancia Maica continuó con su relato.
    
    Entramos en el gimnasio y nos dirigimos a un pequeño despacho; Chimo asomó la cabeza y le oí decir a alguien que había dentro. — Traigo a una amiga para que conozca las instalaciones y si le gusta pasaremos luego paras que le hagas la ficha.
    
    Alguien debió ...
    ... responder, aunque no lo oí; me tomo de la mano y entramos en una sala con aparatos para trabajar, piernas glúteos pantorrilla pecho brazos hombros espalda abdomen, también había, barras, discos, mancuernas y varias cintas motorizadas para correr encaradas dos a dos para poder charlar mientras se hace ejercicio, del mismo modo que las bicicletas para spinning de las que también había ocho y todas ellas ocupadas.
    
    En otra sala estaban haciendo una sesión de step y Chimo me dijo que después un grupo haría Pilates; las edades de unos y otras oscilaban entre los veintipocos y los cincuenta y muchos, todos se veían saludables y me sorprendió no ver a ninguno de esos obsesos por la musculación, al preguntar si durante todo el día la tónica era la misma me aseguró que así era y que solo había seis monitores; tres parejas, una hacia el turno de siete a quince, la que empezaba a esa hora estaba sola hasta las cinco de la tarde que es cuando llegaba la tercera pareja y los cuatro estaban hasta las diez que es el tramo horario de mayor afluencia, y la última se quedaba hasta las doce o incluso más tarde si algunos clientes lo solicitaban.
    
    Entramos al vestuario y encontramos a dos chicos de no más de veinticinco años y una mujer de unos cuarenta cambiándose los tres y ella les decía sonriendo.
    
    — ¡Después de sudar un poco os espero en la sauna!
    
    Al vernos, saludaron a Chimo afectuosamente y a mí de forma correcta; la mujer se presentó como Lurdes y me dijo que ojalá me quedara porque me ...
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