1. La mejor noche de mi vida (parte 1)


    Fecha: 10/05/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... muslos hasta ver en su rostro (que aún conservaba ese gesto tan exitante del labio cautivo entre los dientes) que quería que me la comiera, que la devorara. Me hice de rogar un poco para exitarla todavía más, pero también yo lo estaba y no pude contenerme otro segundo, así que fui directo a su coño y aún a través de sus bragas comencé a comérmelo a punta de besos y lengua, sintiendo como poco a poco se ponía húmeda, empapada. Tuve una erección gigante porque sabía que su humedad era causa mía. Le quité la ropa interior y empecé a comerla desnuda, sólo sus labios y los míos, en ese momento no había nada más en el mundo, nada más que saborear su sexo y agarrarla de ese espléndido culo. Le metí un dedo mientras me comía su vagina y luego agregué uno más. Otro gemido en voz alta brotó de su garganta. Sin dejar de tocarla me puse de pie y me hice a su espalda para poder masturbarla mejor y hacerle saber lo exitado que estaba por culpa suya, para lo cual la abracé ciñendo su cadera contra mi erección. - Me encantas, ¿sabías eso? Le dije al oído. Ella me respondió con una mirada de reojo y una sonrisa tan exitada como orgullosa y feliz. Comencé a besar ese perfecto cuello de cisne una vez más y seguí acariciando su húmeda concha cada vez más veloz y frenéticamente. Con la mano que aún tenía libre le terminé de quitar la blusa y comencé a masajear apasionada pero gentilmente sus tetas. Con su ayuda me desnudé yo también y empecé a follarla desde atrás, la oí gemir cada vez más lo ...
    ... que solo me provocó mucha más excitación, atracción y deseo por ella. La puse en cuatro sobre el sillón, ese mismo que hasta hace un rato no era más que para conversar, pero que ahora era el paraíso mismo y el lugar que era testigo de nuestro mutuo deseo. Empecé a cogermela más duro justo como sus palabras entrecortadas por la respiración agitada y su lascivo rostro me lo pedían. Ver su culo desde atrás, era un panorama celestial, y el solo hecho de follar con ella y sentir lo mojada que estaba era como estar en el paraíso. Me incliné un poco hacia el frente y mientras seguía penetrándola le agarré los senos, le besé los hombros y lamí sus lóbulos, ella giró su cabeza y con una sonrisa llena de lujuria me dijo: - Ya te divertiste mucho amor, ahora me toca a mi llevar el mando. Me tiró de espaldas hacia el sillón y se sentó en mi verga tan rápido que me hizo acabar. Sonrió orgullosa de si misma, pero sabía que no habíamos terminado, después de todo ella aún no había tenido el control el control sobre mi placer el tiempo suficiente y ambos sabíamos lo mucho que ella disfrutaba eso, así que tomó mi miembro con su mano derecha y empezó a masturbarme hasta que estuve lo suficientemente exitado como para que pusiera mi pene en su boca, y pudiera comenzar a lamerlo, a mamarlo, como sólo ella sabe hacerlo. Cuando ya estuvo tan erecto como antes, quiso continuar donde lo dejamos antes, lo metió hasta lo más profundo de si misma y no pudo evitar exhalar un gemido lleno de alegría y ...