1. La fruta prohibida


    Fecha: 12/05/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Siempre había sentido predilección por ella pero era fruta prohibida o al menos eso cabria esperar siendo la novia de un buen amigo y sencillamente porque, o ella no demostraba nada hacia a mi que me pareciera que yo le podría gustar o es que yo era corto y no me enteraba de las señales. Más bien resultó lo segundo.
    
    Discurría el mes de junio del 97, ella tenía 20 y yo 22, y el final de los exámenes estaba a la vuelta de la esquina. El caso es que el novio, ella y yo solíamos ir a estudiar a un pequeño apartamento que tenía mi hermano sin alquilar ya que era imposible coger sitio en cualquier biblioteca y además siempre había más libertad.
    
    Darío terminaba es lunes los exámenes pero a ella y a mi nos quedaban uno el jueves y otro el viernes. Durante varios días seguimos estudiando y cuando hacíamos los descansos nos poníamos a ver la tele o simplemente a charlar. Cuando ella volteaba la cabeza yo fijaba mis ojos en su cuerpo. Había varios sitios que atraían mi atención. Por un lado sus labios. Me acuerdo que el día que me la presentaron no me gustaron para nada pero con el paso del tiempo esa boquita ni grande ni pequeña medio rosada me volvía loco imaginando que mi pene podría entrar justito o a lo mejor entraba perfectamente.
    
    El otro sitio donde bajaban mis ojos y se perdía mi imaginación eran sus pechos. Vaya por delante que a mi no me gustan tan grandes, tiene una 95, pero aquellos me hacían imaginar miles de guarradas y para colmo era de las chicas cariñosas que a ...
    ... veces te agarra o más bien te abraza cuando te dice algo y no se cuantas veces los había notado contra mi espalda o brazo y eran muy duros, aunque no los mas duros que por suerte he podido tocar.
    
    El día de marras ella se presentó en la casa con los libros pero con una bolsa de playa. Me dijo:
    
    -Venga, estudiamos por la mañana a tope y por la tarde vamos a darnos un baño.
    
    -No jodas Esther, que tu mañana te examinas y yo pasado.
    
    -Lo que no haya estudiado antes del día de hoy malo. Además aprovechamos ahora todo lo necesario. Porfa, mientras me miraba con sus grandes ojos verdosos.
    
    Teniendo delante una mujer, yo, y muchos de nosotros, nos convencen rápidamente, así que a eso del as 3 o4 cogí un bañador de mi hermano, me lo puse y nos fuimos.
    
    Llegamos a la playa y nos tumbamos en las toallas y que es lo primero que hace, pues lógicamente pedirme que le echara crema. Cogió el frasco y unto un poco su mano de crema. Que espectáculo. No es alta, más bien bajita pero viendo como bajaba y subía su mano por sus pálidas piernas me parecían enormes. Me seguía hablando no se de que porque yo con mis gafas de sol iba fijándome como llegaba a la parte alta de sus muslos. Quien fuera yema de los dedos. Tocaba en su bikini azul y volvía a bajar. Después le toco el turno a su torso. Empezó por el ombligo hasta llegar a sus pechos. Esta delgada pero no se el marca el estomago y eso que hace bastante gimnasio. Ya cuando llego a la parte alta de los pechos yo no sabía que hacer. ...
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