1. Recuerdos de un gay maduro


    Fecha: 14/05/2020, Categorías: Gays Autor: luzquiños, Fuente: SexoSinTabues

    ... abajo como si tuviera vida propia, se movia invitándome. Con mis manos ocupadas, abri mi boca y me comí esa verga púber, comencé a darle una super mamada, sentía la pijita super dura, a esa edad la dureza es lo mas característico. El niño me agarro de la cabeza y me bombeo frenéticamente, era un diablillo poseído, hasta que se vino, sentí en mi boca el palanqueo del pene y de inmediato mi boca saboreo su semen de puberto, ¡Ahhh qué delicia, que delicia! Había deslechado al mas tierno joven de los tres. Me la saco de la boca muy erecta casi tocando su abdomen, se tendió en el pasto exhausto apretando aún su pija para sacar las ultimas gotas. Terminado el mas chiquillo me esmeré con los dos mayores, los sentí más empalados por lo que habían visto, los pajee más rápido y comencé a darles mamadas pasando de una a otra verga. El escolar mediano se vino descargando un chorro de semen a dos metros de distancia y luego otro chorro mas ¡que salvaje! parte me cayó en la cara que me relami, dejé esa rica pinga en paz y el chico se retiro a echarse en el pasto. No quise desperdiciar semen con el mayor y me metí el suculento pene en ...
    ... la boca y no me lo saque hasta que descargo su abundante y rica leche de adolescente, fue abundante y la trague toda o casi toda porque sentí que algo me chorreaba por los labios. Los tres terminaron sentados en el pasto exhaustos todavía pero muy satisfechos y se recostaron a descansar, yo sabía que al día siguiente se iban a vanagloriar con sus amigos. No hablamos un buen rato, hasta que les dije que me llamaba Luis y ellos me dijeron que se llamaban: Alberto, Leandro y Raúl. También les dije que nunca había gozado unas pijas tan buenas y que si querían la próxima semana los llevaría a una habitación muy discreta para que me la metan rico. A esa edad hueco es hueco, así que sabía que iban a aceptar, y así fue acordamos reunirnos en una semana. Se pusieron de pie los vi recoger rápido sus útiles escolares, libros y cuadernos que estaban desperdigados por ahí, e irse rápido para evitar el castigó de la mamá por la tardanza en llegar a casa. A la semana los encontré en el mismo lugar esperándome, pero estaban con un chico más, que al momento me di cuenta que era mariconcito, tenían unos 13 años. Nos dirigimos al edificio…. 
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