Alex el feriante, Ziro… el macho
Fecha: 15/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos
... además estaba muy colocada como para acordarse de mi. De hecho, al día siguiente estuvo otra vez montándose en la noria con las amigas y no me dijo nada. Así que no te preocupes chaval.
Desde luego la historia no tenía desperdicio, me había puesto calentón perdido, imaginándome al colega violandole el coño a la tía y corriéndose dentro del coño, mientras se le resbalaba el esperma por las piernas.
El seguía relatando la follada mientras a mi empezaba a babearme la polla dentro de los gachumbos, el grosor que había adquirido mi cipote era para esconderlo como fuera y que no se diera cuenta mi colega.
Al cabo de un buen rato y después de acabar con todas las birras de la nevera, cayó rendido encima de la cama y borracho como una cuba. No era de extrañar, ya que siempre que se quedaba en mi caravana a dormir, terminaba de esta forma, super borracho y con el conocimiento perdido.
Comencé a tocarle muy delicadamente el paquete con mi mano, deslizando los dedos a todo lo largo del cipote endurecido, y magreándole los huevos con suavidad. Acerqué la cara a sus ingles y aspiré ese olor tan rico que sacaba el vicio malo de mi cuerpo, toqué con la lengua el tronco del cipote todavía escondido por los calzoncillos y lamí como una gata en celo hasta mojar de saliva toda la tela. Era un placer monstruoso, notaba el caliente y húmedo sudor en cada una de mis papilas gustativas, paladeando el sabor y degustando con deleite la polla de ese macho. Destapé por un lateral aquel ...
... premio que tanto deseaba, me quedé mirándole el cipote varios minutos, hasta que me convencí de que aquello era real, estaba viendo por primera vez, la polla desnuda del tío que me calentaba, el que mojaba de babas todo el cabezón de mi polla, el que me ponía morboso y me hacía el culo agua.
Agarré aquel vergón por el tronco duro y venoso, lo coloqué a la altura de mi cara, abrí la boca todo lo que pude y lo engullí desde el capullo hasta llegar al pubis. ¡Como le chupaba la polla! Yo era un poseso, como si fuera la única en el mundo, adsorbiendo a chupetones el líquido preseminal que se le salía por la raja del capullo y poniéndosela guarreada de saliva. Mi boca era una maquina sin descanso, moviéndose de arriba abajo sin parar, a tal punto de darme arcadas, y no de asco precisamente.
En ese momento mientras le mamaba la polla, pensaba en la conversación de antes, en la historia de la violación a la niñata, y me imaginaba que aquella putilla era yo. Que el coño de la tía, era mi culo, que la boca que tapaba su mano para que no gritara, era la mía, que el torrente de leche de sus cojones, era para mi ano.
El cabronazo seguía cao, inconsciente, pero su cipote gordo y duro estaba mas que activo y guerrillero. Cuando ya le había confeccionado un traje con mi saliva, y se lo había empalmado a mas no poder, me senté muy despacito, insertando su verga en el agujero de mi trasero, llenándome con su polla caliente y dura, hasta deslizarla por completo el interior de mi culo ...