1. Soy viuda


    Fecha: 19/05/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... los bellos de su pecho y nos seguimos besando. «Yo soy todo peludo», me dijo desabrochando su pantalón, «si, dejame ver», le dije arrodillandome frente a él y le bajé su pantalón. «Que hermosa verga que tienes», le dije abriendo mi boca y se la empecé a chupar. Eduardo me cogió de la cabeza y nos moviamos haciendo que su verga entre y salga de mi boca. «Vamos a mi cama», le dije sacándo su verga de mi boca, pero mientras arrodillada así como estaba, le saqué sus zapatillas y su pantalón, sin dejar de darle besos y pasar mi lengua por toda su verga. Me puse en pie y delante de él, parados los dos en el salón me desnude, le di la espalda, cogiendo su verga y dándole la espalda, la empecé a pasar por mis nalgas, «quiero que me chingues el culo, me encanta chingar por el culo», le decia apoyando mi cabeza contra su pecho y Eduardo me sobaba las tetas. Así abtazados cómo estábamos nos fuimos a mi dormitorio. Me puse en cuatro sonre la cama y me pasé saliva por ella ano, «chingame por el culo, pero fuerte, me gusta que me chinguen fuerte el culo», le dije abriendo bien mis nalgas. Estaba tan caliente que temblaba. Siento como Eduardo apoya su verga contra mi ano, y me hace gritar de dolor y placer cuando en dos empujones me metió toda su vega bien adentro de mi culo. «Así, que rico, fuerte, chingame bien fuerte el culo que me encanta», le decía mordiendo las palabras y sintiendo como la sacabaiba y me la metía con todas sus fuerzas. Mis tetas iban para adelante y para atrás ...
    ... mientras Eduardo me reventaba el ano con su verga. Me dolía pero era mucho más el placer. Le dije que la saque y que se siente en el borde de la cama, le di la espalda, abriendo bien mis nalgas, dejandome caer sobre su verga dando un fuerte quejido cuando su verga volvió a estar bien adentro de mi culo. Yo me movía en circulos mientras Eduardo metía sus dedos en mi panocha, me estrujaba las tetas. «Que hermosa verga tienes», le decía sin dejar de mover mis caderas en círculos, volteando mi cabeza buscando su boca con la mía. Apoye mis manos sobre sus piernas, y empecé a subir y bajar mi cuerpo, haciendo que la verga de Eduardo entre y salga de mi culo. «Chingame bien el culo mi amor, abrelo bien con tu verga», le pedía disfrutando coml loca de esa tremenda verga. No es muy larga, unos veinte centímetros, pero es bien gorda, gruesa, el tipo de verga que siempre me gustó. Me bajé de su verga y me tiré boca arriba sobre la cama, levantando bien mis piernas y dejando que Eduardo me siga chingando el culo, entre gritos de placer. «Así, así, bien fuerte, chinga bien fuerte mi culo que me gusta, me gusta mucho», le pedía a Eduardo a punto de llegar. Empecé a gemir fuerte, muy fuerte, sentía que mis entrañas explotaban, cerré los ojos, mordiendo mis labios, mientras Eduardo seguia chingando mi culo. Lo escuché gritar, como latía su verga dentro de mi culo. «Si, si, asiiiiiiii», le gritaba mientras retorcia su cuerpo de placer llenando mi culo con su leche. Que rico, como disfruté, siento mi ...