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Sugar Daddy (Parte 1)
Fecha: 19/05/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... cuarto: ¿Se hizo pasar por mi papá? Eso es muy extraño. -Lo siento, tienes razón, mejor hubiese dejado que ese hombre te llevara y te hiciera lo que sea que te quisiese hacer. ¿Verdad? ¿Qué podría salir mal? -Está bien, tu ganas –sonreí-. Muchas gracias por lo que hizo, en serio. Quizás hasta salvó mi vida. Y… En serio, perdón por la escena de hace rato. Estaba vuelto loco. -No te preocupes –dijo-. Creo que yo hubiera reaccionado igual. Por cierto, soy Gerard Bass Davenport, ingeniero comercial. ¿Y tú? -Soy Carlos Gonzales –respondí sintiendo mi nombre demasiado muggle a comparación del suyo. Luego me dejó pasar a su baño y asearme un poco. Lucía terrible. El baño era del porte de mi casa. Tenía un jacuzzi a la derecha y una extraña ducha a la izquierda, de vidrio y de forma cúbica, con muchos agujeros en la pared y una pantalla y botones. Bastante extraña. Cuando salí, él se había cambiado su ropa y me esperaba con un sándwich. -¿Quieres desayunar? –preguntó de forma amable. Llevaba pantalones azul marino, camisa blanca y corbata azul eléctrico. -No, gracias. No quiero abusar de la hospitalidad –bajó la mirada un poco decepcionado-. Pero le aceptaré el sándwich porque muero de hambre. -Genial –dijo-. ¿Te llevo a casa? -No, tranquilo. No creo que sea necesario –dije. -¿Estás seguro? ¿Sabes dónde estamos? -De hecho no –respondí-. No conozco esta parte de la ciudad. Pero digame donde tomo un taxi y… -Te llevaré, no te preocupes –dijo-. De todas formas voy saliendo. -Yo… ...
... -Vamos, no te hagas el de rogar –sonrió. -Está bien –sonreí. Se veía bastante atractivo con ese traje, y me sacaba dos cabezas de diferencia, por lo que tenía que mirarlo hacia arriba. Subimos al ascensor y me percaté que estábamos en el piso 14. Por eso sólo lograba ver los techos de las casa. Bajamos hasta el piso -1 y nos subimos a un auto negro. Se notaba muy bien cuidado y brillaba de lo limpio. Por dentro era enorme y muy elegante, seguramente era muy caro. Me sentí indigno. Luego de más de 1 hora de viaje, llegamos a mi casa. Era notable el contraste de las hermosas y gigantes casas de donde él vivía, a las pequeñas y desaliñadas casas de donde yo vivía. A pesar de que mi casa estaba bastante mejor que las otras que estaban alrededor, no se comparaba con la elegancia de su departamento. -Muchas gracias por todo, en serio –le dije. -Fue un placer –sonrió-. Y, si me permites un consejo, aléjate de esos “amigos”. Al parecer no son muy buenos. -Creo que tienes razón –asentí-. Un amigo jamás me abandonaría de esa forma. -Bueno. Espero volver a verte –dijo mientras me bajaba del auto-. Que estés bien. -Muchas gracias, tú igual –le dije-. Y… -¿Y? –preguntó. -Es que no puedo dejarte ir –contesté-. Siento que te debo algo para agradecer. -Oh, no te preocupes. En serio. Déjalo así –dijo. -No puedo. ¿Le apetece ir a comer algo al “Marriet”? –dije invitándolo a una conocida cafetería de la ciudad-. Usted dígame cuando. En serio. Cualquier día después de las 5 de la tarde. -Yo, no… -Por ...