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Sugar Daddy (Parte 1)
Fecha: 19/05/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... complicada. -Está bien –respondí. No quise entrar más en ese tema porque era evidente que él tampoco tenía muchas ganas de abarcarlo. -¿Y tú tienes novio o algo? –preguntó. -No. Todavía no tengo la oportunidad de conocer a algún chico decente –respondí-. Además, hace poco comencé a aceptar mi homosexualidad, por lo que no he tenido muchas oportunidades. -Oh, no lo sabía. Los chicos a tu edad suelen… ya sabes. Son bastante despiertos en el tema sexual. -Pues yo no –sonreí-. Aunque sí he tenido algunas experiencias. De hecho esas fueron las que me terminaron de convencer. -¿Tú familia lo sabe? -No, aún no. Quiero estar seguro, y elegir el momento correcto para decirlo –respondí-. ¿Y la tuya? -La mía sí –contestó apenado-. Es por eso que ya no tenemos la misma relación que antes. -Oh –dije un poco asustado. -Pero que no te ponga nervioso. No todas las familias son iguales –repuso rápidamente-. ¿Y a qué te dedicas? -Estudio y trabajo –respondí-. De vuelta de vacaciones comienzo el cuarto año en la universidad. Estudio Psicología. Y estoy trabajando en la empresa de mi tía. Hago cosas muy pequeñas, pero trabajo es trabajo y necesito el dinero. -Debe ser difícil estudiar y trabajar. Sobre todo porque últimamente las pagas no son muy buenas. -Es complicado. Prácticamente no tengo días de descanso. Incluso las vacaciones, como ahora, las aprovecho para trabajar aún más. -¿Tienes problemas de dinero? -Lo normal, supongo. Por suerte tengo becas que me ayudan por mis buenas ...
... calificaciones. Pero no es suficiente. Soy un adulto y tengo gastos, y no quiero que mis padres se preocupen por ellos. Es mejor que usen ese dinero con mi hermana que pronto entrará a la universidad. -En resumen, eres un buen chico –sonrió-. Y encuentro genial que te guste conseguir tu propio dinero. -No lo sé –me sonrojé-. Intento ser lo mejor posible para ellos. Es mi forma de agradecerles. No nos dimos cuenta cuando la hora pasó. Ya se acercaba mí tiempo límite por lo que tuve que decirle que me tendría que ir. -¿No puedes quedarte otro rato? Podríamos ir a conversar a otro lado si quieres. -No, lo siento. Mi mamá me mata si llego tarde otra vez –le dije apenado por no seguir hablando con él. Llamé para pedir la cuenta y el me detuvo de inmediato. -No te preocupes, yo pago. -No, no lo hagas. Yo te invité. -Sí, lo sé. Pero igual, permíteme hacerlo. -No, yo cumplo mis promesas. -Pero…-. -Sin peros –dije-. Yo también trabajo y gano mi dinero. Y es igual de válido que el tuyo. -Está bien –aceptó avergonzado-. Pero la próxima vez pago yo. -Me parece justo –sonreí. El camino de vuelta se hizo muy ameno. Ya se notaba más fluidez en la conversación. Gerard era un hombre muy agradable y divertido. Me gustaba escucharlo hablar, su voz gruesa sumada a su penetrante mirada de ojos verdes, me hipnotizaban. Por un momento me sorprendí al tener esos pensamientos por alguien tan… distinto a mí. Me bajé del auto con el compromiso de volver a vernos otra vez. Me pidió mi número y comenzamos a hablar ...