1. Ayudando a Mamá (2)


    Fecha: 21/05/2020, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... la tela.
    
    Mientras mi madre relataba yo la miraba toda, sus pezones se marcaban sobre la tela y el imaginar la escena y verla tan bonita me provocó una erección que quedó apretada dentro de mi pantalón.
    
    - Estuvo manoseándome un rato – continuó – y no paraba de hincarme su miembro. Yo ya estaba muy mojada y la sensación era increíble. La tela de la calza no me protegía mucho que digamos, podía sentir que se me estaba metiendo por la concha, raspaba un poquito pero la sentía cada vez más húmeda y suave. No aguantaba más, estaba a punto de bajarme la calza cuando Daniel la rasgó usando sus manos, sentí la tela abrirse y se formó un agujero justo en la zona de mi vagina. Medio segundo después ya me estaba metiendo la verga.
    
    Mi madre interrumpió su relato y me miró el bulto. Yo me estaba manoseando por arriba del pantalón mientras imaginaba todo lo sucedido.
    
    - ¡Ay no Nico! No tengo que contarte estas cosas, mirá cómo te ponés – señaló mi entrepierna.
    
    - No mamá. Por favor, contame. A mí me gusta escucharte contando esas cosas. Quiero saber qué pasó… además me debés una. Daniel se animó a avanzarte porque yo lo desafié.
    
    - ¿De verdad? Ya me sorprendía que el tipo se hubiera animado, siempre me mira pero nunca me hizo siquiera un comentario al respecto. ¿No te duele tenerla apretada ahí adentro? – le respondí que sí, que un poco dolía – entonces sacala, no quiero que te lastimes – me lo dijo con sincera preocupación. Obedecí y dejé salir mi pene, que estaba ...
    ... completamente parado y se sacudía con pequeños espasmos – tal vez lo mejor sea no darle tanta importancia a esas cosas, vos sos un chico vigoroso y es una reacción normal – parecía estar pensando en voz alta – además es lindo tener alguien de confianza con quién conversar de estos temas.
    
    Se relajó un poco y subió ambas piernas al sillón, dejándolas estiradas. Mis piernas estaban cruzadas y sus pies tocaban mis rodillas. Se acomodó un poco la pollera pero aun así podía ver buena parte de sus piernas. Le pedí que prosiga con su relato.
    
    - Bueno. Daniel me la metió despacito, casi hasta con miedo. No se daba cuenta de que si le había permitido llegar tan lejos era porque yo también quería que me cogiera. Me agaché un poco hacia adelante para que entrara mejor. De verdad me hace sentir como una adolescente esto de estar probando distintas vergas. El verdulero me agarró fuerte por la cintura y comenzó a darme embestidas suaves pero seguras, yo ya estaba gimiendo de placer, además la idea de que me estuviera cogiendo con el pantalón puesto me puso más cachonda. El tipo lo hacía muy bien, me gustaba mucho, especialmente cuando empezó a darme más rápido. A veces me gusta que me traten de forma gentil y otras veces prefiero el trato brusco, como el de Luis. Que me dice cochinadas todo el tiempo y me la mete como si sólo le importara satisfacerse él mismo, en parte es así pero yo también lo disfruto mucho. No sé cuánto tiempo estuve cogiendo con Daniel, pero él se movió todo el tiempo sin ...
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