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Cruissing, jóvenes, alcohol, drogas, trío y hasta luego
Fecha: 24/05/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... se acercaba, pero no fue así: tuvimos buena suerte. Le hablé y le propuse ir a un lugar cercano donde podíamos estar cerca pero no respondió. Fue que vi su rostro y pude verlo desencajado y con lo ojos rojos e inflamados pero sin aliento alcohólico, por lo que supuse que estaba bien tronado, es decir bien drogado. No respondió. No respondió nunca a pesar de que le insistí un par de veces. Le tomé del brazo y quise guiarlo conmigo pero se resistió y me hizo retroceder con fuerza hacia él. Me resigné a que no habría comunicación verbal. Él mismo me hizo acompañarle por el otro lado. Estábamos sobre la calle y le seguí a la vuelta de la esquina por el jardín. Ahí, había una conveniente jardinera con grandes arbustos y enredaderas que hacían un punto escondido y ciego en pleno centro. Un refugio que nunca se me habría ocurrido. Seguramente no era la primera vez que mi acompañante se llevaba ahí a alguien. Una vez escondidos, entendí y me acuclillé. La atmósfera no era la más cómoda pues por sus condiciones era un lugar que usaban para intimidades los transeúntes y había cacas y orines. Pero la verga es la verga. Me puse en cuclillas y mamé su pitote. Yo no podía creerlo. Era de veras rico y me llenaba de más el hocico con su carne suave pero firme como el acero recién templado. Me levantó bruscamente y me bajé mis pantalones para empezar a chaquetear mi verga que estaba super mojada de tanta calentura. Hice mi último intento de invitarle a casa y me respondió volteándome con ...
... violencia contra la pared y sorpresa: el primer beso negro de mi vida. Él estaba en cuclillas tras de mi devorando mi culo sudado por la caminata que me llevó ahí. Había cuatro años que llevaba una vida sexualmente activa. Fui muy precoz desde con mis compañero de la primaria. Y tenía muchos deseos y curiosidad de sentir un beso negro pues nadie se había decidido a regalarme uno a pesar de que yo sí había ya dado varios. Me gestaba y me gusta mucho darlos aún. Estaba en éxtasis aunque no podía creerlo pues nunca llegué que pasaría de esa manera. Era cierto lo que decían y lo que yo mismo deducía por hacerlos. Se trababa de algo sumamente placentero, implacable y detonador. Yo contraía los esfínteres del culo y deseaba ser penetrado. Me metió un dedo y me ardió pues lo hizo rápido y sin cuidado. Se levantó y yo me hice consciente de que tenía la cola parada luego del mamadón de culo que me dio, se la estaba ofreciendo sin darme cuenta. Me tomó de la cintura y me la metió sin consideración. Apena metió su cabeza y me safé porque me dolió bien culero. De esas veces que te la meten y sientes hasta un nudo en la garganta mientras se te escurren algunas lágrimas y una sensación grande de mucho dolor de cola que te incomoda todo el cuerpo, especialmente la panza. No solo me safé por el dolor sino que me resistí a que me penetrara porque no traía puesto condón y en cuestión de segundos me jaló del cabello y opuoso mi rostro contra la pared. Me pegué en la frente y sí me dolió. Estaba ...