1. La novia se entregó al primo. Le entregó su culito virgen


    Fecha: 25/05/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... conseguir ese culo prometía todo lo que me hubiera pedido, sabido es que todas las promesas forzadas en esa emergencia calenturienta, prescribe con el último chorro de semen.
    
    Solo uso la lubricación que trae la pija, de sacarla de la vagina, no más que eso, quiero sentir a pleno el contacto. Salvaje en el juego, pero no cruel como para causar daño sin placer compartido, rudo, pero con paciente consideración se entregó toda, de bruces, almohada bajo el vientre, ofrecía la carne rosada y tersa, era evidente que se había hecho la “tira de cola” sin sombra de vellos, ese “marrón” se hace desear al máximo. El dedo movido con profesionalidad, oprimido por el esfínter, resiste la intrusión, dicen que “el miedo no es tonto” y para colmo de mi goce bien estrechito.
    
    Expectante ante el contacto del glande, el aro prieto, nos ayudamos a entrar la cabeza, con esfuerzo, ella sacaba la cola hacia arriba, sus manos abren las cachas, movimientos controlados abriéndolas acompañan la acción de asomar la verga al abismo oscuro de ese culo ardiente. Aún en tamaña calentura, necesité toda la concentración para mantener la rigidez, los quejidos dolientes de Ely, hacían menguar la dureza por temor a lastimarla, también los salvajes tenemos ese lado ternuroso cuando la hembra nos gusta tanto.
    
    Casi resignado a retirarme de ella, mezcla de agradecimiento y calentura pidió que siga intentando. Pujando en ella, avanzaba poco y retrocedía, hasta que el avance se hizo constante, el límite lo ...
    ... marcó ella con fuerte bramido amortiguado por la feroz mordida a la sufrida almohada, las manos crispadas, arruga el colchón.
    
    - Sigue…, ¡despacio! –decía doliente y resignada.
    
    Me movía con precaución, voy tomando ímpetu, penetración en el abismo anal, para disfrutarlo mejor, ella con instinto conservador interpuso su mano, en torno de la chota, barrera entre ambos, para que pudiera embestir hasta el límite de la mano, protegía la retaguardia. Con habilidad retiré sus manos, para liberarme el movimiento de penetración.
    
    - ¡Dale, apura! no sé cuánto más pueda aguantarte!
    
    Aferrado a sus hombros, el afecto por Ely me hace prudente en el gozo del culo. El vaivén intenso dentro del recto me lleva al séptimo cielo. Menea las caderas en forma circular, se acerca al momento supremo de dejarme ir en sus entrañas, dejo de morder la piel de su nuca, en un estertor dije en su oído la palabra liberadora.
    
    - ¡Me voy, me voy, meeeeee voyyyyyyy!..., ah, ah, ah...
    
    - Te siento, ¡mi macho violador!
    
    Largué toda la leche en el divino recinto, accedí su pedido de no retirarme hasta que aflojara la rigidez del choto para no causarle más dolor. Despacio… fui dejando el estuche relleno con mi semen.
    
    Liberé sus manos del amarre, descubrí los ojos, al besarla, agradecido por el acto de entrega, bebí sus lágrimas, auténtico producto de la estoica resistencia por el macho dominante que abrió sus entrañas. Al sacar la verga suele producirse el pedo por el bombeo durante la cogida, también ...