1. El colector del autobús


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... hombro y volteo y lo veo. Observé todas las características que les dije al principio y él esperando a que le pagara: —Pasaje por aquí, mi pana. Ni respondí, estuve ensimismado observándolo, le pagué estudiante y siguió cobrando. No pude seguir leyendo. No dejé de pensarlo ni en el transcurso a mi casa ni cuando me bajé del bus, y cuando me bajé lo vi una vez más, estaba de pie en la puerta de adelante del autobús, qué rico se veía, yo solo me resigné a imaginármelo conmigo y ya, era obvio que nunca lo iba a tener, ni porque yo fuese Brat Pitt. Eso pensé. Así pasaron los días, ya se me había olvidado que existía tal colector, hasta que casi una semana después lo volví a ver. Esta vez yo iba de pie en el bus, y él comenzó a acomodarnos dentro del bus, moviéndonos hacia atrás mientras cobraba el pasaje. Y cuando iba a pasar por donde estaba yo, me convertí en zorrita e intenté apartarme para que él pasara por detrás de mí, y cuando estaba en el proceso, me arrimé hacia atrás, de modo que yo sintiese a ese hombre más cerca de mí, y cuando lo sentí, noté que tenía tremendo paquete. Del tiro se me paró el guebo. Y así transcurría todo durante mucho tiempo, casi que meses pasaron así, yo hacía de todo para tocarlo, cuando le pagaba el pasaje, cuando pasaba detrás de mí, cuando yo pasaba a su lado, cuando le pedía la parada, cuando me bajaba del bus, y así. Hasta que un día estaba el bus casi completamente vacío y el colector se sienta al lado de mí, como a descansar. El corazón me ...
    ... latió muy rápido y pensé “Ah vaina pues, ¿qué me pasa?”. Se secó el sudor con su franela y me fue inevitable verle el pecho, qué delicia de hombrecito. Él, obviamente, lo notó. — ¿Qué hora tienes ahí, compa? —preguntó — Las 6:48pm—alcancé a decir. —Es que se me dañó el teléfono y la pantalla la tengo jodía. — Ahh—fue lo único que dije. ¿Cómo pude haber dicho solo un “Ahh”? Gafo. — ¿Tú no sabes dónde lo puedo mandar a arreglar y que no me estafen ni me roben piezas o algo? Dudé. ¿De verdad me estaba preguntando eso? Me aproveché y se me encendió el foco. — Yo tengo un convive que arregla teléfonos. —Yo, dándomelas de malandro y hablando de “convive” y todo. — ¿Sisa? —Aquí es Venezuela es como preguntar “¿Sí?” — Sisa—respondí — ¿Y dónde es? — Cerca de mi casa — ¿Y dónde vives tú?. Ah, ya sé dónde es que dices tú, sí ya sé, si siempre te veo, jaja. — ¿Siempre me ves? jaja—intenté reír. — Sí y tú también me ves. — ¿Qué yo también te veo? — Sí, ahora te vas a hacer el loco. — ¿El loco por qué? Normal, eres el colector. —le respondí viéndolo a los ojos. Él apartó la vista de mí, y viéndose las manos, aun estando sentado, solo me respondió: — El colector. Ah, cierto, yo soy… el colector. — Bueno sí, ¿tú no eres el que cobra pues? —cuando pregunté esto, él rió como incrédulo, y yo no entendí, pensé que de seguro lo ofendí pero no podía disculparme, ahí sí que demostraría lo marico y no pues, no podía. Aunque seguro se me nota de aquí al cielo. Él solo me preguntó dónde es exactamente ...
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