LA VENGANZA
Fecha: 02/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
LA VENGANZA Siendo sincera nunca fui la chica ejemplar, mi excelente figura siempre me puso en una posición de privilegio cuando los machos debían elegir y ante la competencia frente a otras hembras, ganaba la supervivencia del más fuerte. Nacida bajo el signo de virgo, hace un poco más de dos décadas, de cabello negro azabache, lacio, cortado un tanto desprolijo a la altura de los hombros, cara redonda y chata, de grandes ojos verdes, nariz diminuta y labios carnosos, mi rostro está bañado en sutiles pecas. Soy bastante alta, pasando el metro setenta, vientre chato, pechos grandes aunque siliconados, anchas caderas, piernas torneadas y una cola maciza, grandota y apetecible, digna de las mejores actrices de películas pornográficas. A eso hay que sumarle mi total desinhibición por cualquier tipo de práctica sexual, oral, vaginal, anal, todo me encanta, el ‘no’ no está en mi vocabulario en la cama. Mi objetivo de vida era clara, buscaba un macho con plata para que me mantuviera por el resto de mi vida, así deambulaba noche tras noche por bares nocturnos, donde frecuentaban los tipos de billeteras gordas buscando las mejores putas. Así más de una vez terminaba enredada con desconocidos que me daban muy buena plata a cambio del mejor sexo, como no disfrutar una buena pija y más si encima te pagan?. No me molesta si piensan que soy una puta fina, de hecho lo asumo en mi intimidad. Así fue que en una oportunidad conocí a Rodrigo Echenique, un importante empresario, muy conocido ...
... que después de la primera cogida quedó hipnotizado conmigo, cuando me visitó por segunda vez supe que había mordido el anzuelo, así sus visitas fueron tan frecuentes hasta que no pudo escapar de la trampa, al poco tiempo solo cogía con él y terminamos casándonos. El objetivo parecía estar cumplido, como en un cuento de hadas pasaba a ser rica de la noche a la mañana. Pero en un par de años me daría cuenta que no todo era tan fácil, la fortuna de Rodrigo no parecía tener límites y yo podía gastar todo el dinero que quisiera, pero nada era gratis, el era un tipo sumamente poderoso, sus tentáculos alcanzaban las altas esferas del poder, políticos, jueces, policías, gente corrupta y mafiosa, sin escrúpulos, su poder era más grande que su fortuna, y ante los medios y reuniones yo debía mantener la fachada de mujer perfecta, sonreír a todo el mundo, aunque yo supiera que él tenía muchas mujeres con las que se revolcaba y no dudaban en querer ocupar mi lugar. Su poder no parecía tener horizontes, no había lugar donde escapar, no había lugar donde ir, el sin duda me encontraría, una tragicomedia, estaba prisionera en mi castillo de cristal. Se había transformado en un déspota conmigo, como sus coches, sus caballos de carrera, y su ropa italiana, yo formaba parte de su colección. Me había obligado a colocarme esas enormes siliconas, a depilarme definitivamente la vagina, a tatuarme varias parte del cuerpo, piernas brazos, espalda, pechos y hasta sus iniciales en el pubis lampiño. Se ...