Me haces temblar
Fecha: 13/06/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Sentila, Fuente: CuentoRelatos
... Quitó con decisión la hebilla del cinturón de Marcos, aflojó el pantalón y con sus manos buscó el mástil erguido. En la penumbra lo tomó con su boca y comenzó a succionarlo con delicadeza y luego con mayor brusquedad. Marcos sentía crecer su verga y como la piel rugosa era atrapada por los labios de Eugenia. Ella abrió más la boca y sintió todo el tronco en su interior. Con sus lamidas y sus manos, extrajo hasta la última gota de semen, cuya blancura quedó testimoniada en las baldosas.
“A partir de esa noche comencé a ser otra con el sexo”, se repetía Eugenia al analizar su vida. Pero ni el amor profundo ni las mejores sesiones de sexo pudieron garantizar la continuidad de la pareja.
Cuando Marcos partió a España a doctorarse todo cambió. Ella descubrió que no podía estar sola y él, a la distancia, sintió que el amor se había trucado en apego. Nunca más fueron los mismos ni se volvieron a ver. Hasta aquella noche del casamiento de unos amigos comunes y luego en la librería.
Marcos trató de suavizar el enojo invitando a Eugenia a compartir un café en el piso de abajo. Ella dijo que no, dudando. Él insistió, con un tono más convincente. Ambos sintieron que entraban a nadar en las aguas del pasado. Eugenia recordaba la frase petulante del ahora su ex novio: “Pase lo que pase nosotros siempre terminaremos cogiendo”.
Ocho escalones más abajo los dos se acomodaron en una mesa redonda. Más distendidos resumieron la ausencia compartida, en una conversación hasta la ...
... tardecita. Cuando se asomaron a la calle, el cielo formaba una frontera de dos colores y él la invitó a conocer su departamento nuevo. Eugenia se negó por tres veces. “Estoy en otra”, le dijo en la esquina de la despedida, aunque la presencia de Marcos le provocaba un cosquilleo que ella sabía reconocer.
-Tengo una propuesta a la que no te negarás- le dijo él con voz segura.
-¿Cuál es?
- Cogerte toda como nunca- lanzó Marcos.
- Estás más loco que antes- se quejó Eugenia, con una risa nerviosa.
Él la arrinconó como aquella vez en el pasillo y le estampó un beso húmedo que la boca de ella resistió hasta que las lenguas se soltaron y se entrelazaron. Eugenia dejó de lado la racionalidad y se entregó a ese hombre -cuyo cuerpo conocía de memoria- para que la besara hasta el hartazgo. Los labios estaban fusionados y sintieron una excitación extrema. Cuando las bocas se tomaron un respiro, Marcos la tomó de la mano y la condujo hasta su departamento, emplazado a dos cuadras.
Caminaron en silencio con los dedos entremetidos, acompañados por el aroma de los tilos. En el ascensor de volvieron a besar con pasión. El notó los pezones duros que se marcaban en la blusa. Ella sintió el pene tieso, que se marcaba en el pantalón. Se desnudaron apurados, pero luego sus cuerpos encontraron el ritmo que tan bien conocían. En la cama, ella se acostó boca abajo y el cumplió con la ceremonia íntima de quitarle la pequeña bombachita, blanca. Notó que el color de la piel era parejo, ...