Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (final)
Fecha: 15/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
Ligia había hecho que Diego tomara una ducha en el cuarto de baño de la planta baja con lavado de cabeza incluido y luego de secarlo le perfumó las sienes, las muñecas, el cuello y las orejas. Le metió el dedo medio hasta el nudillo en el culo y así comprobó que el estrecho sendero estaba limpio.
Para tal menester la matrona había tenido que doblegar a bofetadas la resistencia del pobre chico, que seguía sin asumir el cruel destino que le esperaba.
-¡Oíme, mocoso de mierda! –le había dicho Ligia en medio de la golpiza. –¡Quieras o no te van a romper igual ese lindo culo que tenés! ¡Usá la cabeza y no me obligues a tener que darte vara!
El pobrecito lloraba de angustia y de dolor y en ese estado la matrona dejó de golpearlo y lo arrastro hacia la celda. Luego de cerrar la puerta con llave regresó a sus dependencias, liberó a Alex y se lo llevó con ella al encuentro de los Amos, luciendo su túnica y en ojotas.
Los tres viejos estaban desnudos.
-Mmmmhhh, que lindo se te ve, nene. Se nota que tragar vergas en cantidad te hace bien. –dijo el ingeniero.
-Gracias, señor… -murmuró el jovencito con la cabeza gacha y las manos atrás.
-Hace un rato acaba de tragarse dos buenas pijas, por el culo y por ese lindo hociquito que tiene. –comentó Ligia provocando risotadas y aplausos en los tres viejos.
-¿Así que querés ver cómo nos cogemos a tu compañerito, che? –preguntó retóricamente el escribano.
Alex demoró unos segundos en responder, inhibido por la ...
... vergüenza.
-S… sí… sí, señor… -murmuró finalmente.
-¿Y por qué? –quiso saber el ingeniero.
-Creo que… que me… que me voy a excitar, señor… -contestó el jovencito después de una pausa.
-Se ha pervertido completamente. –amplió Ligia para beneplácito de los tres Amos.
-Bueno, vamos. –dijo el doctor encaminándose hacia la puerta seguido por los demás.
-Traje cuerdas, por si hay que atarlo. –informó Ligia mientras iban camino a la celda.
Bueno, veremos, porque creo que será muy excitante si se pone difícil. –dijo el escribano.
Cuando entraron en la celda Diego estaba echado en el camastro. Se incorporó a medias impulsado por la angustia y el miedo le dibujó una mueca ante la presencia de esos tres viejos desnudos. Inmediatamente después sus ojos se agrandaron al ver a Alex, que había entrado detrás de los Amos.
-¡¿Vos?! ¡¿Vos acá?! ¡¿A vos también te agarraron?!... –exclamó refugiándose en un ángulo del camastro, rodeándose las rodillas con sus brazos.
-Sí… a mí también me agarraron… -contestó el chico.
-Con razón no… no fuiste más al colegio…
-No, ahora vivo mucho más feliz… -dijo Alex con una sonrisa.
Diego miraba a su compañero de escuela con una expresión de incredulidad y los tres viejos observaban divertidos la escena.
-Pero… ¡pero entonces vos sos puto!…
-Y vos también lo vas a ser. –afirmó Alex para humillar a su ex compañerito y advirtiendo cuánto gozaba de la situación.
-¡No! –se indignó el chico. –Yo nunca voy a ser puto!
Alex ...