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Desde chiquito
Fecha: 16/06/2020, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... nalgas, las cosquillas en mi esfinter me lo estaban gritando. Yo sabía que le debía una respuesta, que él la estaba esperando. Pero no se la di. Esa noche ya no nos cogieron más, pero puede disfrutar viendo cómo mi viejo le hacía el culito a Juan, y con Luis hicimos un 69 delicioso que me sacó hasta la última gota de leche. Volvimos a casa en silencio, caminando despacio lado a lado. La casa estaba oscura, nos despedimos en la cocina con un abrazo, mi viejo me miró fijo, traté de sostenerle la mirada pero no pude. Cada uno se fue a su cuarto. Me desnudé, busqué un boxer limpio porque el que llevaba estaba muy manchado de semen y juguitos de mi culo y me metí entre las sábanas. Ya había pasado, ya había afrontado la verdad sobre mis inicios y sobre mi viejo, y era mejor de lo que yo pensaba. Que mi viejo fuera puto estaba buenísimo. Ahora se venía una nueva etapa en la relación con mi viejo, y en mi vida. La relación con mi viejo hacía rato que no era buena, la normalísima y complicada relación entre un adolescente de 17 años y su padre, aumentada por mi sentimiento de culpa cuando me comparaba con él, terrible macho, y yo escondido marica que encima se acostaba con parientes. El ídolo había mostrado sus pies de barro, ya no sentía culpa por ser como era: si al fin y al cabo yo era como él y estaba repitiendo su historia! Claro, ahora venía otro quilombito para mi cabecita, yo, ya no podia negármelo, deseaba que él me penetrara pero él me había expresado sus límites morales. ...
... Qué podía hacer? Necesitaba sentirlo dentro mío, sentir el calor de su cuerpo, fundirme con él, expresarle mi amor y sentir el suyo con mi cuerpo. No era como cualquier otra vez de calentura, cuando me moría por arrancarle el slip a Luis y que me clavara su verga, era un deseo distinto, que me acongojaba el pecho, me hacía sentir solo, pequeño, desvalido. Sí, el esfinter me latía, pero eso era un reflejo del deseo de mi corazón. No pude más, me levanté y fui a su cuarto. Mi viejo estaba durmiendo, roncando suavemente, de costado como siempre, con un slip negro amplio, nada que ver con el apretadito slip rojo que había llevado a lo de Juan. Su verga, pequeña y dormida, no se le marcaba en absoluto. Me acosté a su lado despacio para no despertarlo, me puse de costado también y apoyé mi culito sobre su pija. Él, sin despertarse pasó su brazo sobre mi cuerpo y dejó su mano apoyada sobre mi pechito izquierdo. Me besó un par de veces el cuello. En su sopor creería que era mi vieja? Comencé a acomodarme un poco tratando de sentir su pija en mi rajita, me bajé el boxer sólo por detrás y así pude sentirla un poco. Era lindo estar así, me sentía protegido, como si su brazo fuera un escudo que me aislaba de la maldad. La tibieza de su cuerpo me fue serenando y al rato me quedé dormido. La luz ya se colaba por la ventana cuando mi viejo me despertó con una suave palmada en el hombro. -Andate a tu cuarto antes que venga tu vieja, dale! Me levanté. Mi boxer estaba subido. Miré a mi viejo, ...