1. Por ahí Abajo - Parte 1


    Fecha: 17/06/2020, Categorías: Incesto Autor: Leonanky, Fuente: SexoSinTabues

    Buenas buenas, un saludo a todos/as. soy Carlos. Aquí les traigo un relato, suceso ocurrido hace 4 años con mi hija Paulina. Soy Profesor Universitario de turno medio. Y fines de semana, trabajo como Barman para ganar un poco más y darle a mi familia lo que necesita (hasta donde puedo). Un día miércoles como cualquier otro, estaba trabajando en la Universidad. A pesar de tener una mañana algo sosa, lo único que quería era llegar a casa y pasar la tarde con mi familia. Llegando a casa noto la casa tranquila ya que mi esposa llega a casa a las 3 PM o un poco. Lo que sí, es que pensando que aún Paulina y mi esposa habían llegado a casa decidí darme un buen baño y pasearme desnudo por la casa (Algunos de nosotros lo consideramos como un acto liberador y relajante), y cómo yo no soy de los que se instalan a cocinar (a menos que sea importante) decidí prepararme dos Sándwich de jamón con queso y mantequilla, y un jugo de mango. Sentado en la barra del comedor, escucho un pequeño ruido. Como cesó, seguí comiendo, pero alcabo de 3 minutos vuelvo a oír el mismo ruido. "Qué raro" me dije a mí mismo. Así continuaba, por lo que me apure a terminar de comer e ir a ver qué era eso. Al parecer viene de la habitación de mi hija. Con cuidado me acerco y escucho que es ella quien hace el ruido. Paulina emite el sonido una y otra vez. Por mi mente pasó que se había cortado o lastimado de alguna manera, así que decidí entrar con cuidado. Entrando la veo y ella está de espalda por lo que no puede ...
    ... verme. Ella hace un movimiento con su mano una y otra vez, haciendo que vaya a ver qué hace ella. Al estar cerca de ella (sin aún verme) veo que se rasca su entrepierna. Pensé que de seguro algún zancudo ocioso la picó o algún otro animalito. —Paulina. Ella grita. —¡Papi me asuste! ¡No hagas eso!. Oye estás desnudo. —No importa, Perdona Cariño, pero te oí y pensé que te había pasado algo. —No. Estoy bien. Solo que. —¿Qué tienes? —Ve. Me acerco y para efecto comprendo que Paulina estaba excitada. Lo digo porque traía su bragita mojada. Por naturalidad de mi cuerpo, mi verga empieza a tomar forma al ver eso. —¿Y por eso no fieste a la escuela? —No. —Pero te hubieses cambiado la braga Paulina, por favor. —Si. Pero esta era la última que quedaba limpia. Igual me sigue picando. —¿Dónde? —Aquí ve. Me señala su pequeño botoncito (clítoris). No es por ser mala onda ni nada. Pero esto en verdad la me tenía empalmado. —Por ahí abajo. Trate de quitarme eso que me pica y al hacerlo me orine. Empieza a ponerse triste, por lo que le digo no se orinó, sino que se sentía excitada y por eso tuvo eso. Claro que ella no lo comprendió muy bien. Pero al menos la medio calmó. —Entonces. ¿No fue que me oriné encima? —No cariño. Estabas excitada. —¿Y cómo eso? Oh por favor!. ¡¿En serio?! Me siento en la cama con ella y le explico. —Bueno. Verás. ¿Te has sentiste demasiada alegre cuando tu madre y yo te compramos el teléfono? ¿No estabas muy pero muy contenta? —¡Si Papi! —Bueno. Esa emoción. También ...
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