1. Noche de bodas muy deseada (segunda parte)


    Fecha: 22/06/2020, Categorías: Transexuales Autor: Dita Delapluma, Fuente: CuentoRelatos

    ... había pensado en dar con un punto tan divertido, en someterle a una tortura tan deliciosa y cruel a la vez… cuando me detuve, Oli estaba extenuado, su espalda estaba chorreante de sudor y me di cuenta que la camisa que le aprisionaba las muñecas se había rajado completamente. Oli la había destrozado a tirones. Parecía como si estuviera rendido, totalmente derrotado, pero entonces su cuerpo volvió a estremecerse, y suplicó – Irinaa… por… por favor… deja que te penetre… no… no puedo aguantar más.
    
    Yo misma quería que lo hiciera, pensé mientras me despojaba del corsé y mis pechos botaron libres, pero si le dejaba hacerlo, en el estado en que se encontraba sólo iba a ser acercarse y fin… y a pesar de que yo también estaba muy excitada, necesitaba un poquito más…
    
    -Vas a hacerlo, Oli… voy a dejar que me penetres. – mi marido dejó escapar un suspiro de felicidad e intentó volverse, pero se lo impedí. En lugar de eso, cogí su mano derecha, la liberé por completo del jirón de camisa que aún quedaba y agachándome, para no hacerle daño en el brazo, le lamí los dedos. Oli gimió por el calor de mi boca y también con sentimiento de derrota.
    
    -Eso… es hacer trampas otra vez… – musitó.
    
    -Mmmh… ¿y ponerme ojitos de cordero degollado durante estos tres meses, para que no te violase, y aprovecharte de mi debilidad, no es hacer trampas, mi amor…..?
    
    -Pero eso… era por una buena causa… me dirás que no ha valido la pena esperar… - dijo, poniendo en su vocecita un punto de picardía. ...
    ... Pero la picardía y la voz se le cortaron cuando notó que sus dedos rozaban mi sexo, suave y depilado, y se introducían muy lentamente en mi cálida humedad – Ooh… Irina… qué… qué suave… qué calentito… - la voz se le moría en quejidos ahogados, y yo disfrutaba acariciándome con sus dedos, más gruesos y largos que los míos… es cierto, me moría por tener su polla dentro de mí, pero por ver con qué ojitos me miraba mientras yo me metía su mano y suspiraba de placer, bien valía esperar un poquito más…
    
    Aceleré ligeramente, metiendo y sacando sus dedos de mi interior y acariciándome alternativamente el clítoris y los pechos con la mano libre. Cada vez que me cosquilleaba el clítoris, Oli se relamía sin darse cuenta, yo sabía que deseaba chuparlo… coloqué su dedo pulgar sobre él y continué moviendo su mano, y mi marido miraba mi cara de intenso gozo y mi coñito chorreante, como si no pudiera decidir cuál de los dos le parecía más hermoso. Se acomodó un poco, poniendo el brazo libre bajo la cabeza para mirarme mejor. Me sonreía con tanta ternura… yo no dejaba de meter y sacar sus dedos, y entonces los dobló ligeramente dentro de mí, sin avisar.
    
    -¡Mmmmmmh….! – ahora fue mi cuerpo el que se estremeció de gustito, ¡qué bien había sabido cazarme…! En su postura apenas podía mover la mano, pero podía doblar los dedos, y con ellos, tocar también uno de mis puntos mágicos. – Oli… eres adorable… - Me tumbé junto a él, despacio, de modo que podía seguir con sus dedos dentro de mí, y al estar ...
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