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El ritual
Fecha: 26/06/2020, Categorías: Gays Autor: carihuevina, Fuente: CuentoRelatos
... verdad era posible? De todos los rituales de los que había oído hablar este sin duda era el más raro. No acababa de ver la necesidad ni el motivo de tal hecho. Estar delante de un completo desconocido, desnuda, y conseguir correrme y que él lo haga sin poder tocarnos, sólo con la mirada o el pensamiento…nunca se me habría pasado por la cabeza ser capaz de conseguirlo. Hay que decir que el chico estaba de muy buen ver, es más si el contexto fuese otro cualquiera también se me pasaría por la cabeza seducirlo para acabar los dos en mi casa disfrutando del sexo más salvaje. Pero ahora no era ese el caso. El fugaz tiempo que me llevo recrear la imagen de los dos completamente sudados en la cama me sirvió para excitarme. En los pocos momentos que consigo aislarme de las miradas furtivas y concentrarme en el esbelto cuerpo de enfrente unas ganas locas de poseerla me invaden. Sorprendentemente puedo notar como me excito rápidamente. Cuando pienso en esa excitación, vuelve a desvanecerse, la realidad me asola y el círculo de miradas impasibles que me rodea vuelve a ser mi centro de atención y preocupación. Las miradas no son un problema para mí. Siempre quise poder compartir un encuentro sexual con uno o dos observadores. Incluso me gustaría que en determinado momento fuesen ellos quien me follasen y mi “pareja” la que mirase como lo hacían. Por tanto, que todas esas chicas me mirasen no era un problema, al contrario, tenía un toque muy ...
... morboso. Seamos prácticos. La idea es salir cuanto antes de esta espiral de locura, y, por supuesto, hacerlo de una forma indemne. Venga, busca el lado erótico-festivo de todo esto. Excítate, córrete, coge la ropa y vete. Olvida este momento como olvidarías una pesadilla al cabo de las horas. ¿Qué estará pensando? ¿Estará enfadado? No parece que vaya a conseguir excitarse. Lo peor es que no sé cuál será el castigo de no conseguirlo. Cierro los ojos. Los abro y de repente únicamente está ella. De nuevo frente a mí completamente desnuda. Su pequeño cuerpo sigue siendo igual de excitante. Deseo tocarla con premura, pero soy consciente de que no puedo. Aprovecho esta especie de ejercicio mental para imaginar todo lo que le haré en cuanto tengamos unas horas para estar juntos los dos. Quizás se lo narre. Una noche al teléfono, la oscuridad envolviéndonos y una voz sensual al otro lado del hilo… Haz como él, cierra los ojos. Deja para otra fantasía a todas esas esculturales mujeres. Ahora solo tiene cabida él dentro de tus pensamientos. ¿Qué te gustaría hacerle? Tras un largo viaje él te invita a su casa. Al día siguiente ejercerá como guía por la ciudad. Estas muy cansada y no tardas en irte a la cama. La habitación de invitados es muy acogedora. Te desnudas. Cubres tu cuerpo únicamente con una camiseta y unas braguitas. Te metes en la cama, deseosa de descansar del largo trayecto… ¿Volveré a verla? Lo poco que pude hablar con ella me llegó para saber ...