1. A fuego lento 1


    Fecha: 27/06/2020, Categorías: Gays Autor: franc, Fuente: RelatosEróticos

    ... Eduardo.
    
    Al llegar observé que era una casa muy linda, tipo chalet con otra casa de altos cuyas entradas estaban juntas. Pregunté a unos chicos(más o menos de mi edad) que estaban sentados en el murito cuál era la puerta de Eduardo y me indicaron, así que toqué timbre y esperé. Los chicos me dijeron: deben estar durmiendo porque anoche estuvieron de joda...
    
    Yo insistí varias veces hasta que la puerta se abrió y vi ante mí a un muchacho hermoso, de melenita rubia y enrulada con cara de aún no haber despertado y completamente desnudo que me dice que entre. Cierra la puerta y me mira...yo lo miro tratando de que no se me fuera la mirada a su sexo y pregunto si está Eduardo y me dice que lo busque y se vuelve a desplomar en una cama de dos plazas que estaba en el living casi vacío.
    
    Comencé a buscar a Eduardo que estaba duchándose y me gritó que ya salía y que lo esperara en el living.
    
    Yo esperé sin dejar de mirar a aquel adonis durmiente.
    
    Eduardo llegó envuelto en la toalla y aún sin secarse ...
    ... y me saludó. Llevó el bolso a su cuarto, me ofreció una cerveza, se sentó en un silloncito y me invitó a sentarme en la cama donde dormía el rubio: con confianza, me dijo.
    
    Charlamos unos momentos y Eduardo de pronto me mira y me dice a ver levántate que quiero mirarte... estás distinto ¿no?
    
    Y era cierto, aunque de altura seguía igual mis piernas y mi cola habían tomado otro volumen. él se puso de pie a mi lado, me miró a la cara, dejó caer la toalla y de pronto con un sólo movimiento me tiró sobre la cama, se acostó sobre mí tomándome de los brazos y me dijo: ¿te acordás que te dije aquella vez que te salvó la campana pero que la íbamos a seguir?... este es el momento que me des lo que me negaste antes y me besó de una manera que me descolocó. Yo intenté resistirme pero Eduardo me había vencido. En ese momento me di cuenta que Eduardo me había gustado siempre, que él lo sabía y que me había estado cocinando a fuego lento todo este tiempo hasta mi punto justo...
    
    Ahora sí ya soy tu dueño, me dijo. 
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