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Mis alumnas preferidas
Fecha: 26/06/2017, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
El primer día de clase ya me di cuenta de como era cada uno de mis alumnos. Casi todos adolescentes, los había traviesos, introvertidos, empollones otros más torpes, etc. Entre todos destacaba Natalia, que con sus escasos 15 años era toda una mujer. Medía 1,70, con ojos negros y una linda cabellera rubia. Tenía más pecho que cualquiera chica de mi edad, y una sonrisa que quitaba el sentido. Las clases iban discurriendo con toda normalidad, pero Natalia destacaba en todos los sentidos. Participaba muchísimo en clase, era muy inteligente y sobre todo, tenía mucha seguridad en todo lo que hacía. Por si fuera poco, estaba esplendidamente bella, su pelo rubio rizado, su piel blanquita,, su ropita, y sobre todo su sonrisa. Por aquella fecha estaba sin pareja y vivía de alquiler sólo en un pisito. Natalia me acompañaba en mis pensamientos todas las noches, me la imaginaba en clase, los 2 solos, haciendo mil y una cosas juntos, besándola, agarrando esos pechitos entre mis manos, besándola en sus labios, enseñandole cosas nuevas..., no puedo recordar cuantas noches me masturbé pensando en ella. Natalia siempre estaba junto a su amiga Dolores. Ésta no tenía nada que ver con Natalia, era mucho más torpe en clase, la chica lo intentaba, pero le costaba muchísimo trabajo, se veía que iba a sudar mucho para aprobar mi asignatura. En lo que si conincidían era en lo físico. Natalia un poco más bajita, pelo moreno y pechos ...
... medianos, pero tenía un culo de infarto. Siempre que paseaba por la clase no podía dejar de mirar los milimetros de braguita que sobresalían entre su pantalón y su camiseta. Todos los chicos creo que conincidían conmigo, no les faltaba los "buitres", al acecho siempre de una mirada de ellas. Un fin de semana me decidí a dar una vuelta por aquel pueblecito. No tenía demasiado movimiento pero la gente disfrutaba lo poquito que había. Salí con algunas compañeras del instituto, profesoras como yo. Sólo había una de ellas que me gustaba, Merche, una mujer de treinta y pocos años, más bien rellenita, pero con cara de muy viciosa. Nos quedamos sólos y una cosa llevó a la otra. "Donde se puede estar por aquí tranquilos", le pregunté yo, queriamos un poquito más de intimidad. "Vámonos en coche al descampado que hay detrás de una fábrica, a las afueras", me contestó ella. No tardamos mucho en llegar cuando cual fue mi sorpresa al ver llegar al mismo tiempo a Natalia montada en un coche con un chico que yo no conocía. Muy disimuladamente esperé que el coche donde estaba Natalia parara para ponerme a su altura, no quería perderme detalle de lo que ocurría en ese coche. Por nuestra parte Aurora y yo empezamos a besarnos, un rollo en toda regla. Se sabía muy rica la profe, se veía que tenía mucha experiencia y que sabía hacerlo todo muy bien. Empecé por abrir su camisa, y ella no dudó en mostrarme toda su pechuga. Yo, casi por impulso ...