Resultó ser verdad después de todo
Fecha: 03/07/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me llamo Pablo, tengo 32 años, soy argentino, casado con una chica peruana. Mi mujer es hija única, su madre la tuvo siendo un poco mayor, a los 33 años. Mi suegra tiene 63 años y quedó viuda a los 50. Mi mujer me dijo que su madre quería venir a vivir con nosotros, ya que ella vive sola en su país. Hablamos con mi suegra, nos pidió un tiempo para poder vender sus cosas, le dijimos que tranquila, que nadie la apuraba. Como a los dos o tres días, Matilde,que así se llama mi esposa, me dijo que su madre tenía problemas con unos papeles, que si yo podía viajar a Perú a ayudarla, ya que ella por problemas laborales no podía, y como yo trabajo por mi cuenta no tengo ese problema. Hice los trámites y viajé. Mi suegra no vive en Lima, vive en una ciudad más al norte, Chiclayo. Después de mucho viaje y que el del taxi, sabiendo que no conocía me paseó por toda la ciudad, llegué a casa de mi suegra. Ya nos habíamos visto una vez, cuando me casé con su hija. Nos saludamos con un fuerte abrazo y nos pusimos a coversar, chelas de por medio, como dice ella. Mi suegra es una señora sin nada que destacar, salvo la cola, de nalgas redondas y generosas. Ahora entiendo de quién sacó la cola mi señora, pensé. Al otro día salimos y estuvimos haciendo muchos tramites, arreglando papeles, casi todo el día en la calle. Almorzamos fuera, hasta que volvimos a la casa, no sin antes comprar unas cuantas chelas. Que así les dice mi suegra a las cervezas. Nos pusimos cómodos y mientras tomábamos ...
... cerveza, hablamos de todo un poco. Me di cuenta que a mi suegra le gustaba el trago, pero se marea muy tapido. «Suegra, y vos por que después de quedar viuda no rehiciste tú vida?», le pregunté. «Mira Pablo, que hombre se va a fijar en una vieja, solo quieren cachar y nada más, y para estar aguantando a otro viejo caprichoso, mejor sola, pue», me dijo y siguió bebiendo. «Bueno suegra, vos para la edad que tenes, no estas de mal ver», le dije y le volví a llenar el vaso, «hay Pablo, que cosas deices, quien se va a fijar en mí», me dijo mi suegra con los ojos vidriosos por la cerveza, seguimos un rato más y nos fuimos a dormir. Al otro día fuimos a publicar la venta de las propiedades de mi suegra, y volvimos a casa, siempre cargados de cervezas. Como hacía mucho calor, dormimos una siesta. Nos levantamos, mi suegra estaba con una bata muy amplia y fresca, y unas ojots, yo estaba con un short liviana, de ojotas y el torso desnudo. Hizo unos piqueos y nos sentamos a tomar unas chelas. María, que así se llama mi suegra, me empezó a hablar de su marido y se emocionó, yo la abracé ya que se puso a llorar, yo la consolaba hasta que se empezó a calmar, fue al baño y se lavó la cara, seguimos tomando y hablando, «que rico Pablo, pareces un osito de peluche», me dijo pasando su mano por mi pecho. «Sí, soy un osito de peluche muy mimoso», le dije riendo mientras mi suegra seguía pasando su mano por mi pecho. «Así que mi yerno es muy mimoso?, que suerte tiene mi hija», dijo dando un pequeño ...