Resultó ser verdad después de todo
Fecha: 03/07/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... hipo, y dejó de acariciar mi pecho y siguió bebiendo. «No me vas a hacer más mimos», le dije agarrando su mano y la volví a apoyar en mi pecho. María me miró y riendo me siguio acariciando el pecho, «lástima no tenga quien me mime a mi», dijo con la voz un poco pastosa por la cerveza. «Y para que está tú yerno», le dije buscando su boca con la mía y acariciando una de sus piernas. «Pero Pablo, que soy la madre de tú mujer», me. dijo después de haberla besado y con mi mano acariciando su muslo. «Yo ahora estoy frente a una hermosa mujer», le dije volviendo a besar a mi suegra y pasando el dedo por el borde de su bombacha. «Pero que va a decir la gente?», me dijo dando un respingo cuando metí mi mano y le empecé a acariciar su bello púbico. «Y quien se va a enterar?», le dije metiendo más mi mano. «Espera que me rompes la ropa», me dijo agarrando mi mano por sobre su bata. «Dejame que te saque la bombacha», le dije levantando su bata y ella levantó su cola para que se la saque. Me puse entre sus piernas arrodillado en el suelo, abriendo bien las piernas de mi suegra, viendo su concha bien peluda y se la empecé a chupar. Ella dio un grito y se recosto más sobre el sillón donde habiamos estado sentados. Olía a una mezcla de pis y jugos vaginales, mientras ella no dejaba de gemir y yo le lambia y le chupaba la concha. Me pongo de pie, saco la pija que estaba dura y la escuchaba gritar y gemir de placer a medida que se la iba metiendo. Apoye una rodilla en el sillón y le abro la ...
... bata de arriba, sacando sus tetas del sujetador, escuchamdo como gime mi suegra mientras la cogía. «Sí Pablo, que rico me cachas», decía mi suegra con sus piernas bien abiertas dejando que con mis movimientos mi pija entre y salga de su concha. «Estas divina suegra», le dije acariciando y pellizcando los pezones de sus tetas, moviendo mi pija bien adentro de ella. «Vamos a tú cama suegra», le dije sacando mi pija, viendo su concha abierta, de un rojo purpura hermoso, se puso en pie, nos besamos, me dejo que la termine de desnudar y nos fuimos a su cama. Me acosté boca arriba, ella se subió sobre mí y con su mano acomodó mi pija contra su concha, gimiendo de placer cuando la volvió a tener adentro. «Hace años que nadie me achaba», dijo entre gemidos, sentada bien recta sobre mi pija moviendo sus caderas, disfrutando, gimiendo, yo le estujaba sus tetas, las apretaba, le daba pellizcos en sus pezones que estaban duros. Estuvimos un buen rato cogiendo así, hasta que María empezó a gemir y a gritar, « me estoy viniendo, me estoy viniendo», gritaba con sus ojos cerrados, hasta que yo también me empecé a acabar llenando de leche su concha. Así nos quedamos, mi suegra sobre mí sin sacar la pija, respirando agitados, hasta que nos fuimos tranquilizando, «hay Pablo, que locura hicimos», me dijo acostandose a mi lado, dejando que la abrace. «Locura ninguna suegra, hicimos el amor, disfrutamos el uno del otro y podemos seguir haciendo esto siempre», le dije besando su boca, acariciando sus ...